Consejos prácticos sobre la aplicación del decreto de ahorro energético

Ante la salida del decreto de ahorro energético y su “improvisada” puesta en marcha el pasado día 11 de agosto, quiero situar la aplicación, así como aportar algunas recomendaciones. El decreto afecta a casi todas las pymes y autónomos, en los edificios que tengan uso administrativo, comercial, restauración, hotelero, espacios culturales, centros comerciales y sector terciario, entre otros. Actualmente, ya disponemos de normativa que nos hace cumplir requisitos en renovación de aire interior, puertas automáticas y elementos de eco-eficiencia versus el confort de nuestros establecimientos. Normativa como el Reglamento Instalaciones Térmicas de Edificios (RITE) o el Código Técnico de la Edificación (CTE), entre otros.

Pese a la improvisada salida del decreto, su aplicación acontece una oportunidad para establecer criterios de sostenibilidad, confort y optimización en la energía que consumimos. Y, por lo tanto, seguramente, un cambio de modelo de cómo gobernamos la energía en nuestros negocios. Justo es decir que estas medidas de estímulo serían mucho más eficientes ante el momento y la situación actual si se acompañaran de subvenciones a fondo perdido parciales. Es importante destacar que las medidas denotan improvisación por las declaraciones posteriores, pero sobre todo, porque no se ha tenido en cuenta a los sectores de actividad afectados, zonas geográficas cambiantes en función de su localización, ni las condiciones específicas de las actividades económicas.

El gobierno estima que cada grado menos de termostato supone un ahorro de un 7%. Resumiendo los requisitos del decreto, tenemos que el aire acondicionado no podrá ser inferior a los 25-27 grados, y la calefacción en invierno, superior a los 19 grados; la humedad relativa se tendrá que mantener entre el 30% y el 70%. A partir de las 22h, se tendrán que apagar los escaparates y los edificios públicos que en aquella hora estén desocupados. Además, el 30 de septiembre los edificios, comercios o bares tendrán que contar con un sistema automático de cierre de las puertas que dan a la calle. Esta obligación ya existía desde 2009, excepto para locales que se climatitzan con energía renovable, que ahora también se tendrán que adecuar. También se tendrá que informar a través de carteles o pantallas visibles desde la entrada de las medidas de ahorro puestas en marcha. Para esta última medida, tienen hasta el 2 de septiembre. Finalmente, tendrán que avanzar la inspección de eficiencia energética, antes de que acabe el año, todos aquellos edificios que hayan hecho lo anterior antes del 1 de enero de 2021.

Ante estas medidas, propongo algunas acciones que pueden ser útiles para el comercio, restauración y establecimientos.

  • El análisis y monitorización de las instalaciones para optimizar nuestros consumos y conocer en todo momento el comportamiento de nuestras instalaciones.
  • Disponer de cortina de aire efectiva que nos haga de barrera en las puertas de acceso de nuestros establecimientos. De este modo, mantenemos la temperatura ambiente del interior con la máxima efectividad.
  • Es importante que los establecimientos dispongan de técnicos de cabecera que puedan asesorar y orientar en todo momento. Las inversiones tienen que ser analizadas y muy orientadas.
  • Es importante disponer de instalaciones de renovación de aire interior. Este requisito ya dispone de normativa desde hace muchos años.
  • El mantenimiento y conservación de los equipos de climatización. Las intervenciones anuales y el registro de todas las actuaciones es vital para aprovechar toda su vida útil.
  • Gestor energético. Un técnico capaz de orientar y evaluar las necesidades energéticas de los establecimientos y programar acciones optimizadas y donde la inversión sea rentable y lavable.

No es sorpresa para nadie la incertidumbre y la celeridad del mundo en el que vivimos, las dudas y los miedos. Las crisis, las guerras y la inflación, nos generan inseguridad. Por eso, es necesario que las administraciones aporten soluciones y apoyen al tejido productivo y de actividad económica, con medidas efectivas y de acompañamiento en los nuevos escenarios. El cambio climático y la apuesta por la sostenibilidad, reutilización y optimización de la energía, así como el conocimiento y la máxima información sobre el comportamiento de nuestros espacios es vital para mejorar nuestras condiciones y continuar siendo competitivos.

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