Cataluña afronta la salida de lo que ha sido la peor crisis económica desde el año 1929 del siglo pasado. De hecho, desde el tercer trimestre de 2007 (momento álgido de la ocupación en España, cuando se alcanzó la cifra de 20,5 millones de ocupados), hasta el 2013, se perdieron 3,7 millones de puestos de trabajo, equivalentes a un 18% de la población activa .
Comparación en términos históricos
Pocos países experimentaron un hundimiento similar del empleo. En este sentido, y comparándolo en términos históricos,
- de 1977 a 1985 se perdieron 1,8 millones de puestos de trabajo, un 14,3% de ocupados
- de 1991 a 1994 la pérdida de empleo fue ligeramente superior al millón, correspondiente a un 7,9% del empleo
- de 2007 a 2013 se perdieron 3,7 millones de puestos de trabajo, un 18% de la población activa
La Reforma Laboral
Esta situación hizo necesarias la serie de reformas presentadas en los últimos años: la reestructuración del sistema financiero, el esfuerzo de consolidación fiscal de las administraciones o la misma reforma laboral.
Ninguna ley tiene el poder por sí misma de generar empleo, lo que si que puede hacer una ley como la de la Reforma laboral , es facilitar al máximo la adaptación de las empresas a una situación de crisis, mediante la agilización de los procedimientos de reestructuración productiva, que permitan dar mejor respuesta a las demandas del mercado y evitar la toma de soluciones traumáticas a medio y largo plazo.
La última reforma laboral pretendía ser una herramienta básica para hacer frente a la situación de crisis económica y evitar en la medida de lo posible el temido rescate
En este sentido, parece evidente que la reforma laboral ha ayudado a revertir la situación previa existente en el mercado de trabajo, aunque también es cierto, que lo ha hecho en base a una mayor inseguridad del empleo.
Así pues, si podemos valorar que la reforma laboral ha dinamizado la negociación colectiva, ha impulsado la flexibilidad interna o la agilización de los mecanismos de “descuelgue” del convenio co lectivo, otras cuestiones no han funcionado tan bien, como la prioridad de los convenios de empresa versus los convenios de sector, la supuesta reducción de contratos, o la excesiva judicialización en la aplicación de la norma.
En este sentido, los autónomos, las micro y las pequeñas y medianas empresas hace tiempo que debatimos diferentes cuestiones como:
- Los mecanismos para defender la presencia de las pymes en las mesas de negociación
- Considerar también la modificación de los criterios de representatividad computando empresas y no trabajadores para medir la representación patronal
- Suprimir la prioridad de los convenios colectivos de empresa sobre los convenios de ámbito superior haciendo compatible la eficacia general de los convenios colectivos , con la necesaria adaptación negociada con respecto a los requerimientos del día a día de las empresas
- La promoción e impulso de los marcos autonómicos de negociación colectiva por encima de los provinciales
- El impulso del diálogo social como vía óptima para el logro de acuerdos estables y duraderos en el tiempo, que dé espacio a los agentes sociales más representativos, tanto en el ámbito estatal como autonómico
Estos y otros puntos, deberán ser sin duda foco de la potencial nueva reforma laboral si lo que se quiere es seguir avanzando hacia una economía que sea ??capaz de hacer frente al reto más grande que como sociedad tenemos: la lucha contra el paro
Ricard Sánchez y Elena de la Campa
Departamento de RRLL y Negociación Colectiva