Hay éxitos que tan sólo puedes conseguir si estás dispuesto a fracasar

¿Sabías que hay éxitos que tan sólo puedes conseguir si estás dispuesto a fracasar?

Uno de los rasgos característicos más importantes de esta crisis es que ha afectado especialmente a los autónomos y emprendedores en general, personas que han dedicado gran parte de sus esfuerzos a sacar adelante su actividad profesional, invirtiendo al máximo sus conocimientos, su tiempo, sus energías, sus ahorros y, en definitiva, todos sus recursos personales, materiales y sociales de que disponían, y que ahora se ven fuertemente dañados. Y en nuestra cultura, en un exceso de pesimismo, tendemos a pensar que para siempre.

En Estados Unidos, antes de otorgar financiación o invertir en un emprendedor, se le pregunta cuántas veces ha fracasado. Y si dice que nunca, no le financian. Aquí en cambio, todavía, en nuestra sociedad los “errores” están muy mal vistos. Una anécdota curiosa: el mismo Presidente actual, Donald Trump, se ha acogido nada menos que siete veces a procesos de ayuda por fracaso empresarial.

El error es maravilloso, pero en nuestra sociedad culturalmente y socialmente está muy penalizado

¿Qué es el fracaso?

Significa sólo resultados no deseados. Vivimos inmersos en un aprendizaje constante, y el llamado fracaso en el fondo es uno de los elementos necesarios de este aprendizaje. Atendiendo a las palabras del psicólogo Rafael Santandreu, el fracaso no existe: “Existe el éxito, y lo contrario es un aprendizaje fértil: el fracaso habría que sacarlo del diccionario”.

¿Cuál es la clave para conseguir éxito, resultados, objetivos …?

Para lograr el éxito, hay que “fracasar” primero, en menor o mayor medida, ya que la prueba y error forma parte del aprendizaje necesario para obtener lo que uno busca

Es evidente que conviene aprender al menor coste posible, pero sin olvidar que es casi imposible llegar a ningún éxito sin pasar por ningún fracaso. No por conocido deja de ser relevante: quien no intenta las cosas, no se equivoca nunca. Y es gracias al error como conseguimos experiencia, crecemos y aprendemos.

El fracaso es además una oportunidad para demostrar que tenemos resiliencia, algo que además nos nutre de autoestima. la resiliencia es la capacidad de superar dificultades y afrontar crisis importantes. De hecho, el ser humano está programado para sobrevivir. Para caer y levantarse. Porque a todos nos impulsa nuestro deseo de seguir viviendo. Y tiene también su elemento negativo disfrutar de vez en cuando de alguna oportunidad para recordarlo.

“He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido más de 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron el tiro ganador y fallé. He fallado una y otra vez y una vez en la vida, y por eso he tenido éxito”. Palabras de una de las estrellas del baloncesto mundial, Michael Jordan. Aparte de su talento, lo que le llevó a ser uno de los grandes, fue su filosofía de vida, aquella que decía que una clave importante del éxito es precisamente el fracaso.

Estas historias de emprendedores, terminan en éxito, aunque todos pasaron por el “fracaso”

Bill Gates vio cómo su primera empresa se hundió. Uno de los hombres más ricos del mundo entró en la escena emprendedora con una empresa que comercializaba un producto que apenas funcionaba y la experiencia fue un desastre. Exploró nuevas oportunidades y algunos años después, creó su primer producto de Microsoft, un nuevo camino al éxito.
Walt Disney fue despedido por su falta de creatividad. uno de los genios más creativos del siglo 20 fue despedido de un periódico por falta de creatividad. Fundó su primera empresa de animación pero tuvo que cerrarla. Desesperado y sin dinero, llegó a Hollywood y se enfrentó a la crítica y el fracaso hasta que sus películas comenzaron a hacerse populares.
Steve Jobs fue despedido de su propia empresa. Steve Jobs no sólo era un gran emprendedor debido a sus grandes inventos, sino también por haberse recuperado de un fracaso insuperable, ya que la junta directiva de Apple decidió despedirlo. Fundó una nueva empresa que fue adquirida por Apple y una vez que volvió a Apple, renovó la imagen de la empresa y la hizo crecer.

El concepto de éxito o fracaso es relativo. En ocasiones un fracaso es el primer paso en el camino hacia el éxito. Hay logros que enmascaran grandes fracasos, en realidad. Y hay veces falta de fracasos que impiden alcanzar el éxito. No siempre, pero fracaso y éxito son a menudo dos caras de la misma moneda.

¿Pero por qué entonces nos da tanto miedo fracasar?

Probablemente por nuestra educación, según la cual la palabra “fracaso” se le da todavía un significado negativo.

¿Qué pasaría si desde pequeños nos enseñaran que el fracaso no existe? Que es sólo una extensión al éxito y que toda la vida es un éxito lleno de una cadena de momentos. Sería bueno, desde la escuela y desde casa, educar a los niños para que fueran más tolerantes a la frustración. Mucho más tolerantes. Aceptar que nos hemos equivocado no es sencillo, y debería serlo. Sería muy  positivo, por ejemplo, empezar por considerar el error como un reajuste. Y comunicarlo así.

Si consideráramos desde pequeños el fracaso como un paso necesario o inevitable dentro de un proceso de aprendizaje, sin miedos ni complejos, incitando a la gente de forma natural a probar y equivocarse, eliminaríamos toda debilidad y fortaleceríamos nuestro carácter. Asumiendo y aprendiendo de los errores ganaríamos en inteligencia, en memoria, entrenamos nuestra resistencia (y la paciencia), y mejoraríamos nuestra predisposición al cambio. Seríamos más flexibles, menos dogmáticos y por tanto más tolerantes los unos con los otros. En definitiva, mejoraríamos como personas y cambiaríamos el mundo.

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