La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse y las pymes tienen hoy la oportunidad de aprovechar esta tecnología para mejorar su competitividad y eficacia
Las pymes, que a menudo no cuentan con los mismos recursos que las grandes corporaciones, pueden ver en la IA una aliada para potenciar su productividad, optimizar procesos y acercarse más a sus clientes. Esta transformación no es una moda pasajera. Igual que Internet, la IA ha demostrado que es un cambio que nos ayudará a adaptarnos a un mercado cada vez más tecnológico y exigente. Aun así, el camino no está exento de retos. Integrar estas tecnologías implica un esfuerzo de aprendizaje y adaptación. Con este proceso se puede avanzar hacia el futuro sin renunciar a la esencia –la proximidad, la adaptabilidad y el compromiso con la calidad–, características que definen la identidad de las pymes. La adopción de la inteligencia artificial es un reto ambicioso para las pymes, pero también es una oportunidad única para reinventarse.
El presidente de la comisión de Innovación y Digitalización de PIMEC, Juanjo Berbel, considera que la clave para que las pymes puedan aprovechar plenamente la IA es “que se sientan acompañadas y cuenten con soluciones adaptadas a sus necesidades reales”. En este sentido, asegura que “no se trata solo de grandes proyectos tecnológicos, sino de encontrar aplicaciones concretas que resuelvan problemas cotidianos y aporten valor a corto plazo”. Además, ha recordado que desde la comisión de Digitalización y los servicios de PIMEC, “estamos junto a nuestros asociados en este proceso para hacer realidad sus objetivos”.
El impacto de la IA en el tejido empresarial
La adopción de la IA entre las pymes catalanas es todavía incipiente, con solo un 2,13% de empresas que han integrado esta tecnología, frente al 40,64% de las grandes empresas. Esta brecha de adopción no solo subraya las limitaciones de acceso a herramientas avanzadas como el machine learning y los algoritmos predictivos, sino que también pone en evidencia un riesgo de perder competitividad ante las empresas grandes, especialmente en sectores donde el uso de la IA acontece una ventaja diferencial.
Pese a las dificultades, las pymes que han apostado por la IA ya están recogiendo beneficios concretos: un 30% ha observado mejoras sustanciales en su productividad y ha conseguido reducir costes operativos hasta un 20%. Ejemplos de estos adelantos incluyen la automatización de labores repetitivas, la mejora de la gestión de inventarios, o la optimización de las campañas de marketing digital gracias a la personalización basada en datos.
Aun así, la adopción de la IA comporta retos importantes. La falta de profesionales formados en tecnologías avanzadas, la limitación de recursos financieros, o la percepción de riesgo y de gasto difícil de justificar son barreras que frenan la aceleración de esta tecnología, especialmente en sectores menos digitalizados como el comercio minorista o la construcción.
Pymes pioneras en la implementación de la IA
Miquel Àngel Salazar es CEO de Assemp BCN, una empresa que aplica la IA en el sector de servicios de asesoría empresarial, de forma que mejora la atención al cliente y los procesos internos de las empresas. Nos explica que “se usa en la mayoría de las áreas del despacho para automatizar procesos, y con más intensidad en el departamento jurídico”.
Con una apuesta firme por las nuevas tecnologías, hace 15 años que digitalizan toda su documentación y practican una investigación constante de herramientas, como programas para ahorrar tiempos en trabajos repetitivos: “Gracias a la digitalización y a la innovación hemos conseguido mejoras que nos permiten dedicar más tiempo al asesoramiento directo en vez de hacerlo a la gestión de datos”.
Sobre las dificultades a la hora de implementar la IA, constata la complejidad de saber escoger bien las herramientas adecuadas en base a las necesidades de su actividad empresarial, asegurando que “dado el adelanto tan grande en estos dos últimos años, se debe saber valorar e investigar aquello que nos irá mejor, teniendo siempre en la mente el lema «prueba-error»”.
Por otro lado, Antoni Graupera es el general manager de Tai Smart Factory, especializada en la digitalización industrial y que usa la IA desde hace 6 años para analizar datos y hacer previsiones. “En el sector industrial, el uso óptimo de la IA depende de una buena gestión de los datos y hay que destacar que una gran parte de nuestras industrias todavía trabajan de una manera bastante analógica”, explica.
A continuación, aclara que ayudan a sus clientes a mejorar sus procesos, reduciendo el ciclo productivo a través de la anticipación ante posibles acontecimientos adversos como, por ejemplo, corrigiendo fórmulas de los reactores. “También aplicamos la IA generativa en GMAO, un software para la gestión del mantenimiento, creando una herramienta para que el operario de mantenimiento pueda dialogar con el sistema ante una avería”, añade.
Finalmente, nos explica los beneficios para la empresa del uso de la IA –como la agilidad en la resolución de incidencias, la mejora de procesos, la reducción del derroche, etc.– y señala que “todo esto se traduce en una reducción de costes y en una mejora del servicio al cliente”.