El neuroliderazgo ha revolucionado la forma de hacer empresa

El neuroliderazgo está de moda y ha revolucionado la forma de hacer empresa, y la de relacionarnos entre las personas, aplicando los conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro en la gestión y potenciación de los equipos.

El neuroliderazgo es el poder del cerebro al servicio del liderazgo y de la felicidad en la vida y en la empresa

Las empresas donde su cultura está basada en la confianza generan más energía, productividad y compromiso en los trabajadores. Un buen líder debe saber gestionar sus equipos para conseguir crear un ambiente de trabajo de confianza y colaboración, ¡conseguir que las personas generen oxitocina! La oxitocina también conocida como “la hormona de la felicidad” tiene un papel importante en el comportamiento de los seres humanos y la creación de relaciones sociales.

Diseñar y poner en marcha prácticas organizativas de liderazgo que liberen oxitocina es importante para crear entornos colaborativos y de confianza

La conducta, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, la forma de relacionarse con otros, la inteligencia y aprendizaje individual y organizacional son aspectos que debe tener en cuenta un buen líder.

El neuroliderazgo es una herramienta fundamental para potenciar los factores intelectuales y emocionales vinculados a la toma de decisiones, la capacidad para resolver problemas, el funcionamiento y la conducción de equipos de trabajo.

Su objetivo es mejorar la efectividad de los líderes teniendo como soporte los descubrimientos relacionados con la fisiología de la mente y el cerebro y cómo esta influencia los comportamientos, las interacciones y la toma de decisiones en el ámbito laboral.

Comprendiendo cómo funciona el cerebro, su anatomía y su fisiología, el neuroliderazgo intenta definir la base neuronal del liderazgo y de la gestión de las personas.

El funcionamiento del neuroliderazgo se basa en los siguientes aspectos:

  • Procesos emocionales intervienen en la toma de decisiones.
  • Emoción y cognición no son procesos independientes.
  • La emoción afecta funciones cognitivas, como la percepción, la memoria y la atención.
  • En función del estado emocional, las personas acceden a recuerdos, emisión de juicios o selección de información.
  • Los hemisferios cerebrales interpretan diferente a la experiencia emocional.

El neuroliderazgo estudia principalmente:

  • Solución de problemas y toma de decisiones.
  • Innovación y creatividad.
  • Regulación emocional.
  • Colaboración e influencia.
  • Gestión del cambio.

Nos encontramos ante un gran cambio de paradigma que avanza rápidamente, donde el reto de los nuevos líderes es conseguir hoy que las personas alcancen su máximo potencial mañana de la mano de la propia empresa. ¿Te apuntas?

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