Las constantes noticias acerca de la evolución de la pandemia del coronavirus, junto con las restricciones del estado de alarma decretado por el gobierno para hacer frente al COVID-19, han dibujado un escenario en el que el miedo y la frustración pueden adquirir un protagonismo importante. El miedo es la emoción que desarrollamos, ante cualquier situación desconocida y/o potencialmente peligrosa, motivándonos a “huir” de las amenazas o a hacerles frentes cuando la situación lo hace necesario. Cuando este miedo se convierte en irracional, en lugar de ser una ayuda, puede bloquearnos o llevarnos a cometer errores.
Con el objetivo de minimizar las consecuencias que, desde un punto de vista psicológico emocional, puede implicar la situación actual, el equipo de psicólogos de la Fundación Salud y Persona te hacemos las siguientes recomendaciones:
Acudir a fuentes contrastadas a la hora de informarnos acerca de la evolución de la pandemia y de las medidas a tomar para nuestra protección y la del resto de ciudadanos.
Realizar actividades, durante nuestro tiempo de ocio, que nos permitan disfrutar (juegos de mesa, lectura…) en lugar de poner el foco en lo que no podemos hacer, nos ayuda a llegar al final de la jornada con sensación de bienestar.
Continuar prestando atención y conversando acerca de otros intereses no relacionados con el COVID-19 nos permitirá disminuir nuestros niveles de ansiedad.
Planificar tanto las cuestiones relacionadas con la logística de nuestro hogar como las que tienen que ver con nuestro trabajo. En momentos de tanta carga emocional, la improvisación puede suponer cometer muchos errores en la toma de decisiones.
Diferenciar el espacio destinado al teletrabajo y el destinado al descanso.
Imitar conductas propias del trabajo presencial para ayudar a la concentración durante la jornada y al descanso fuera de ella.
Comprometernos con todas aquellas conductas que ayudan a proteger al resto de la sociedad refuerza nuestro sacrificio y nos hace sentir orgullosos de contribuir a solucionar la crisis.
Evitar dar difusión a informaciones que no han sido contrastadas para ayudar a no propagar noticias falsas.
Hacer aquellas actividades que por falta de tiempo no solíamos hacer: poner orden, hacer manualidades…
Ser realista con lo que se puede y lo que no se puede hacer con el teletrabajo; el objetivo es seguir siendo productivos sin alimentar la frustración. Podremos preparar campañas, planificar con detalle el resto del año, estudiar los costes, atender a algunos clientes, pero no tendremos acceso a algunos de los documentos, ni podremos firmar de manera presencial: debemos evitar estar presencialmente con otros profesionales como los del sector bancario…
La jornada en casa deberá tener también un horario para poder conciliar de una manera adecuada.
Aprovecharemos las nuevas tecnologías también para mantener el contacto tanto con colaboradores como con familiares y amigos.
En caso de conocer alguna técnica de relajación ahora es el momento de ponerla en práctica. Si no has aprendido ninguna con anterioridad, bastará con buscar momentos de silencio y con pocos estímulos para poder descansar.
Haz algo de ejercicio a diario, dedícale al menos 20 minutos.
Recuerda que se trata de una situación temporal y extraordinaria, no lleves tu pensamiento más allá de unas pocas semanas, para evitar una preocupación excesiva por un escenario que quizás no llegue a darse. Debemos tomar conciencia de que estamos haciendo estos sacrificios sociales y económicos para proteger a nuestro entorno y a quienes la enfermedad pondría en serio riesgo; esto nos ayuda a darle significado y a aumentar nuestro bienestar emocional.
Joan Piñol
Director general de la Fundación Salud y Persona
La Fundación Salud y Persona colabora con la Fundación PIMEC y PIMEC, contribuyendo a la prevención y mejora de la salud emocional de todas las personas.