Cataluña sufre actualmente una de las sequías más graves de su historia, tanto por la duración e intensidad como por el alcance en superficie. Lo refleja de forma significativa la actual reserva de agua de los embalses, que a finales de abril giraba en torno al 18,17%, mientras que hace un año se situaba alrededor del 25,22%.
Paisajes que están cambiando, pérdida de biodiversidad y restricciones en el consumo de agua son algunas de las consecuencias más evidentes que hasta ahora nos está dejando esta situación de sequía severa, pero que también está teniendo un fuerte impacto en la actividad económica. Las micro, pequeñas y medianas empresas y las personas autónomas afrontan los efectos y las restricciones con preocupación e incertidumbre, especialmente aquellas empresas de los sectores más dependientes del agua.
Los efectos de la sequía sobre la actividad económica
Los sectores agrícola y ganadero, así como el de la planta y la flor, y también la industria agroalimentaria, la química, la farmacéutica y la papelera son algunos de los más afectados por la reducción del agua disponible. Los empresarios y empresarias de estos ámbitos ponen de manifiesto la preocupación que los representa una posible disminución de la actividad derivada de un episodio de sequía que, en caso de alargarse, puede llegar a comprometer la viabilidad de sus negocios.
Lo explica Ferran Soler, vocal de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Lavanderías Industriales de España y gerente de RS10 Lavandería Industrial. Su negocio proporciona servicio en varios hospitales de Cataluña y en 2023 tuvo un consumo de agua de 35.550m³, un 25% menos que el año anterior: “No sabemos cuáles son las posibilidades reales de mantener en activo nuestras empresas mientras no llegan soluciones definitivas. Ya hemos renunciado a líneas de actividad menos estratégicas para poder garantizar el servicio en el ámbito hospitalario”.
La preocupación que ponen de manifiesto desde RS10 Lavandería se hace extensiva también a un sector especialmente afectado por la sequía como es el de la planta y la flor. “Es de los primeros sectores en los cuales se han aplicado restricciones, permitiendo solo el riego de subsistencia de árboles y arbustos en fase de excepcionalidad y, en fase de emergencia, solo el riego con agua no potable de arbolado de carácter singular o monumental en espacios públicos”, afirma David M. Gómez Lloría, director técnico de la Fundación de la Jardinería y el Paisaje. Estas restricciones, que recientemente se han flexibilizado, se han traducido mientras han estado vigentes en una reducción importante de las ventas a las empresas de jardinería, viveristas, productores de flor, centros de jardinería, entre otros.
Las medidas que implementan las empresas
Todo y la incertidumbre que provoca no saber si habrá ayudas económicas para inversiones de eficiencia hídrica o la tramitación de los planes de ahorro que permiten adaptar las restricciones a cada actividad, son muchas las empresas que en los últimos meses y años ya han hecho un esfuerzo para conseguir la máxima eficiencia en el consumo de agua.
Es el caso de RS10 Lavandería Industrial. “Más allá de reducir el volumen de trabajo, hemos instalado filtros en las máquinas de lavar para reutilizar el agua dos veces antes de abocarla definitivamente”, afirma Soler. Además, explica que prevén adoptar medidas a largo plazo: “Tenemos el objetivo de reducir el consumo actual entre un 40 y un 80% en función del proyecto”.
También han planteado y puesto en marcha medidas adicionales al sector de la planta y la flor. “El sector continúa invirtiendo en nuevas medidas que permitan continuar mejorando el uso y la gestión del agua; y no solo invirtiendo en investigación y desarrollo de sistemas más eficientes, sino también impulsando medidas que favorezcan aquellas empresas y particulares que inviertan en un uso eficiente de la agua”, explica el director técnico de la Fundación de la Jardinería y el Paisaje.
Hay que destacar, pero, que para la gran mayoría de empresas ir más allá a la hora de implementar soluciones que los permitan reducir el consumo de agua no es fácil, puesto que se requiere inversiones que no son rápidas de hacer y, en ocasiones, no tienen la capacidad financiera para llevarlas a cabo.
Hacer frente a la emergencia por sequía: una responsabilidad compartida entre las empresas, la Administración y la sociedad
Ante las dificultades que ponen de manifiesto las micro, pequeñas y medianas empresas para implementar medidas de ahorro y aprovechamiento de agua, es imprescindible que la Administración Pública ofrezca el apoyo necesario a las pymes que los permita garantizar la continuidad de su actividad.
En este sentido, el gerente de RS10 Lavandería Industrial pide a la administración que se garantice el acceso a las ayudas a todas las empresas que, por su actividad, sean grandes consumidoras de agua. “En nuestro caso, siempre quedamos excluidos en la hora de optar a ayudas de la Administración, independientemente del origen de los fondos, puesto que la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) nos considera industria de servicio en lugar de industria manufacturera”, denuncia Soler.
Por otro lado, desde la Fundación de la Jardinería y el Paisaje insisten que “hace falta que se introduzcan enmiendas en el Decreto de Sequía que permitan el uso de agua no potable en el ámbito privado, de forma que aquellas empresas y propietarios privados que dispongan de agua proveniente de sistemas de regeneración la puedan usar. Esto supondría reducir buena parte de la afectación económica sobre el sector”.
Sin duda, la situación de emergencia por sequía requiere la implicación de todos y todas para poder reducir el consumo de agua. La Administración Pública, las empresas y la sociedad en general tenemos que actuar conjuntamente y con corresponsabilidad para explorar todas las medidas y posibilidades que permitan hacer compatible el ahorro de agua y el normal desarrollo de la actividad económica.
