Los grandes olvidados de la actuación gubernamental y ausentes del segundo plan de desescalada

Los parques infantiles, el ocio nocturno, las ferias y congresos y los casinos exigen la reapertura inmediata y alertan de la destrucción de negocios y ocupación.

Empresarios y trabajadores de actividades económicas como los parques infantiles privados, el ocio nocturno, las salas de juego y el sector de ferias y congresos, entre las más destacadas, han hecho sentir su voz para denunciar la situación de “discriminación” que están sufriendo con la gestión de la pandemia.

Las medidas de prevención y control de contención de la actividad laboral y social del Govern determinan que negocios como el de los parques infantiles privados –popularmente conocidos como xiquiparcs– y los del ocio nocturno o las salas de juego no puedan abrir las puertas hasta nuevo aviso.


Los sectores avisan: si no se buscan vías alternativas en las medidas restrictivas, y sin ayudas económicas proporcionadas, la mayor parte de empresas cerrarán


En el caso de los xiquiparcs, la Asociación de Empresarios de Parques Infantiles de Cataluña (ADEPIC) denuncia que las reiteradas fases de cierre obligatorio a que ha sido sometido el sector –ahora desde el agosto pasado– han provocado la caída del negocio del 90% y la desaparición del 40% de las empresas por liquidación o traspaso. Esto representaría cerca de un centenar de empresas (unas 97) y prácticamente 550 trabajadores –el otro medio millar está en ERTE–, con el que esto tiene de significativo para la ocupación juvenil, dado que los puestos de trabajo son prioritariamente para jóvenes de entre 18 y 23 años, que compaginan trabajo con estudios.

Con esta advertencia, el vicepresidente de la asociación Jordi Gatell evidencia que “no para tratarse de un sector de dimensión mediana deja de ser importante para la economía catalana”. Gatell pose sobre la tabla que, si no se endereza la situación y se permite la reapertura lo antes posible, otro 30% de los negocios ya tiene las claves a la cerradura para cerrar.

Valoran que, después de mucha presión y concentraciones en la calle, a comienzos de noviembre el Gobierno los incluyó en una dotación de 10 millones de euros –una línea que también comprende los locales de ocio nocturno. Los parques infantiles privados que lo soliciten recibirán una aportación única de 6.000 euros. “Pero esto no es suficiente, solo sirve para parar la vez; nuestros locales tienen que tener una superficie importante del alrededor de los mil metros cuadrados y los alquileres oscilan entre los 2.000 y los 4.000 euros mensuales”, explica Gatell. Unos alquileres que “no todos han podido renegociar” con sus arrendadores.

Pérdidas millonarias en el ocio nocturno

Por su parte, el sector del ocio nocturno, , acumula unas pérdidas de más de 3.000 millones de euros desde que estalló la pandemia. Solo al coste de los arrendamientos ya han tenido que destinar más de 243 millones de euros desde que empezó la crisis, puesto que el 93,2% de los locales de ocio tienen alquilados los establecimientos y el precio mediano de una renta de un bar musical es de 2.400 euros mensuales y el de una discoteca, de unos 9.600 euros.

El sector ha obtenido una ampliación de las ayudas de entre 10.000 y 20.000 euros por empresa. Sin embargo, sus portavoces ponen de manifiesto que la mejor ayuda es la reapertura provisional de aquellas discotecas y similares que lo deseen en formato de reservados, mesas y sillas cuando la situación epidemiológica lo permita.. Así mismo, se reclama la ampliación horaria de todas las actividades.

El secretario general de FECALON, Fernando Martínez, así como Ramon Mas, secretario general del Gremio de Discotecas, y Lluís Torrents, presidente del ASSAC, han pedido en el Gobierno el que denominan “hibernación”, un primer plan de choque a la espera de medidas más globales. El objetivo: parar los gastos fijos de las salas mediante el consenso con las administraciones o sectores como el bancario, los arrendadores, los suministros…

Por su parte, empresas y trabajadores del juego hablan de una situación “dramática”, con caídas del negocio superiores al 50% respecto al año pasado, y advierten que sin esta actividad los ingresos tributarios de la Generalitat serán inferiores, de unos 250 millones anuales. El sector, con 127 salones, 52 bingos y 4 casinos en Cataluña, mujer trabajo directo a unas 8.000 personas y a unas 29.000 indirectamente.

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