Más optimismo económico para la segunda mitad del año 2024

La sequía, un fenómeno que históricamente se consideraba anómalo, está emergiendo como una preocupación recurrente y creciendo en Cataluña. Los estudios sobre cambio climático sugieren que los episodios de sequía no solo serán más frecuentes sino también más intensos a causa de las variaciones significativas en los ciclos de lluvia. Este fenómeno transforma la eficiencia hídrica de una simple opción a una necesidad ineludible para las empresas.

Después de un periodo particularmente duro de sequía, que ha puesto a prueba la resiliencia de la gestión de recursos en Cataluña, las lluvias de abril han supuesto un alivio transitorio de las restricciones más severas. Pero, ¿hemos superado ya la peor fase?

La mejora en la disponibilidad de agua, combinada con datos económicos positivos del primer trimestre, nos permite hacer una revisión más optimista de las previsiones de crecimiento para el 2024, con un impacto de la sequía menos severo del que se esperaba. Se espera que esta tendencia ponga fin al impacto más grave de la sequía previsto inicialmente.

Para el futuro inmediato, las previsiones apuntan a una estabilidad hídrica hasta pasado el verano, gracias a las reservas acumuladas las últimas semanas. Sin embargo, esta estabilidad puede ser efímera, y Cataluña se encuentra ante dos posibles escenarios:

Escenario positivo: Con unas condiciones de pluviometría que siguen mejorando y se aproximan a la media histórica, podremos disfrutar de un verano en una fase de excepcionalidad y posiblemente avanzar hacia una fase de alerta en otoño. Esto relajaría notablemente las restricciones actuales sobre el uso del agua.

Escenario negativo: Si la pluviometría vuelve a los patrones del año 2023, nos podríamos ver abocados nuevamente en un estado de emergencia antes de final de año, con todas las restricciones que esto comporta.

Ante estos escenarios, es importante aprovechar no solo las oportunidades de financiación pública para mejorar la eficiencia hídrica, sino también recordar y aplicar las lecciones aprendidas hasta ahora. Una de ellas es la necesidad de las pymes de obtener datos fiables y detallados sobre el consumo de agua, que permitan a las administraciones aplicar restricciones de manera objetiva, flexible y adecuada a realidad individual. Esta información tendría que permitir garantizar una gestión más equitativa del agua y también ayudar a desmontar aquellos argumentos que culpabilizan de manera infundada a las empresas y a determinados sectores de derroche.

Desde PIMEC continuaremos pidiendo a las administraciones públicas que lleven a cabo las inversiones y los compromisos adquiridos, independientemente de las condiciones climáticas actuales. También reclamaremos una colaboración efectiva porque sabemos que las empresas, lejos de ser parte del problema, son parte de la solución.

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