¿Sabes cómo afecta el presupuesto de carbono del Plan Nacional de Energía y Clima a las pymes?

Los presupuestos de carbono son una herramienta necesaria para luchar contra el cambio climático, pero tienen que ser diseñados con una visión pragmática que considere las limitaciones de las pymes y asegure mecanismos de apoyo adecuados. Si son demasiado ambiciosos, sin los recursos para acompañarlos, corren el riesgo de comprometer la competitividad empresarial y de acentuar las desigualdades en el mercado global. La clave será encontrar un equilibrio entre sostenibilidad y viabilidad para garantizar una transición justa y efectiva.

Los presupuestos de carbono más ambiciosos del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) pueden ser vistos como una apuesta valiente, pero también pueden estar desconectados de la realidad operativa de las pymes. Si las metas son desproporcionadamente altas, podrían:

  • Sobrecargar a las empresas con exigencias que no pueden asumir por falta de recursos técnicos o financieros.
  • Generar incertidumbre empresarial, puesto que los objetivos excesivamente estrictos pueden desincentivar la inversión y dificultar la planificación a largo plazo.

Por otro lado, habrá que tener en cuenta la competitividad. Tenemos que ser conscientes que nos encontremos en un contexto en el que las pymes ya compiten en un mercado global desigual, a menudo contra empresas que operan en países con regulaciones ambientales menos estrictas.

Si Cataluña aplica normas más duras que otras regiones o estados, las pymes podrían verse doblemente penalizadas: por un lado, asumiendo costes internos altos para adaptarse a las nuevas normativas y, por otro, por la competencia externa que no cumple los mismos estándares.

Así mismo, para que las empresas puedan cumplir objetivos ambiciosos, hará falta un marco de apoyo público muy sólido. Esto incluye:

  • Ayudas financieras: Subvenciones directas para inversiones en tecnología verde o sistemas de eficiencia energética.
  • Simplificación administrativa: Facilitar los trámites para acceder a estas ayudas, evitando la burocracia que a menudo limita el acceso a recursos.
  • Formación y asistencia técnica: Para calcular la huella de carbono, aplicar mejoras energéticas y adaptarse a los cambios normativos.

Si los objetivos son inasumibles, existe el riesgo de generar un “efecto fuga”. Es decir, empresas que decidan trasladar su producción fuera de Cataluña para evitar costes más altos. Esto iría en contra de la sostenibilidad y resiliencia de la economía, puesto que comportaría una pérdida de ocupación y de actividad económica local.

Por todo esto, será fundamental la corresponsabilidad de la Administración. Si bien las pymes tienen que asumir su parte de responsabilidad en la transición energética, las instituciones también tienen que hacer su parte. Por un lado, tienen que acelerar la generación de energía renovable en Cataluña, que actualmente está muy por debajo de lo necesario. También, tienen que liderar con el ejemplo, implementando planes de descarbonización propios y garantizando que los grandes proyectos energéticos se desarrollen con rapidez y eficacia.

Joan Barfull, secretario técnico de la comisión de Sostenibilidad de PIMEC

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