Comercios aprendices: como reforzar el vínculo con la clientela a través del catalán

Artículo original de VÍA Empresa reproducido con la autorización del autor.

Es un proyecto que facilita el aprendizaje de catalán básico a personal del comercio local

En los últimos años, especialmente en las ciudades, han proliferado nuevos comercios, pequeños o medianos, que ya forman parte del paisaje urbano y de las rutinas de consumo cotidiano de la ciudadanía. En general, son establecimientos con personal procedente de otros países y sin nociones de catalán.

Para estos comerciantes es fácil darse cuenta de que comunicarse con la clientela de manera efectiva es esencial, no solo por motivos prácticos, sino para promover un vínculo personal que pasa por interactuar en catalán como lengua compartida.

La actitud es clave y un aparentemente sencillo “buenos días” puede cambiar la dinámica personal (y comercial) entre comprador y vendedor

Así es como nació, en 2020, el proyecto del Consorcio para la Normalización Lingüística (CPNL) Comercios aprendices: por un lado, para dar respuesta al derecho de la población catalana a ser atendida en su lengua y, por otra, para facilitar a los comerciantes con muy poco conocimiento del catalán una formación sencilla para poder relacionarse de manera básica con la clientela en su lengua. Fórmulas de saludo y despedida, vocabulario de los productos, números para indicar el precio o los días de la semana es parte de lo que se enseña a los comerciantes. Además de enseñarles catalán básico, también se trabaja en la sensibilización lingüística: la actitud es clave y un aparentemente sencillo “buenos días” puede cambiar la dinámica personal (y comercial) entre comprador y vendedor.

A la hora de aprender una lengua, uno de los principales impedimentos que expone la gente es la falta de tiempo. Justamente para evitar esto, y conscientes de las largas jornadas laborales de muchos de los trabajadores de estos negocios, el CPNL ha hecho un esfuerzo de adaptación a sus necesidades. Uno o dos veces por semana, un técnico del CPNL va al establecimiento en el horario que vaya mejor al propietario o trabajadores. En total, se hacen 10 sesiones de 15 minutos cada una, así como el seguimiento de la evolución del aprendiz. Otro aspecto positivo de hacer la formación en el establecimiento es que se puede contar con la participación y complicidad de los clientes para empezar a practicar el catalán. A través de materiales divulgativos, se les insta a participar activamente en el proceso de aprendizaje, principalmente mediante tres acciones sencillas: hablar en catalán como primera opción, no cambiar de lengua automáticamente y hacer preguntas sencillas al comerciante. Ser conscientes del interés de los comerciantes para aprender el idioma les conecta con ellos y hace que tengan más ganas de ayudarlos en el proceso.

Durante el 2022, cuando el proyecto se consolidó, 117 establecimientos y 222 comerciantes se beneficiaron. De entre los diversos establecimientos que se han acogido, principalmente bares, fruterías y tiendas de alimentación, una cincuentena son supermercados franquiciados de una gran cadena.

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