En la actualidad, con una competencia empresarial elevada y un mercado de trabajo en constante cambio, las empresas que aportan valor añadido y que destacan son aquellas que consiguen adaptarse a diferentes requisitos.
Uno de los elementos fundamentales para ser competitivos es la formación. Estar al día de todo aquello que involucra tu actividad empresarial, independientemente del sector, la medida y el territorio, es muy importante para mejorar, consolidarse y crecer.
La formación continúa de las personas trabajadoras puede suponer una gran diferencia respecto de la competencia, transformando los modelos de negocio y -incluso- garantizando la supervivencia empresarial en algunos casos.
Por otro lado, las empresas que adoptan medidas en materia de sostenibilidad, innovación y digitalización, son las que lideran sus sectores. Lo hacen con acciones en el ámbito de la transición energética y el autoconsumo, o haciendo una apuesta decidida por la última tecnología, por ejemplo.
Estas son cuestiones que dependen de la capacidad de inversión que tienen las empresas, como también lo son la internacionalización y las exportaciones, algo que supone un esfuerzo más grande para las empresas de menor dimensión. Por eso, podemos decir que la viabilidad empresarial es otro de los elementos que garantizan la competitividad y la productividad.
Si quieres saber cómo gestionar tu negocio para hacerlo más competitivo, como prever y anticiparte a los diferentes escenarios económicos y como adaptarte a las nuevas normativas sin que este hecho suponga un giro negativo en tu actividad o tesorería, te aconsejamos hacer un Plan de Competitividad.
Seguir una hoja de ruta con medidas concretas que te ayuden a mejorar tu competitividad empresarial a corto, medio y largo plazo es importante, más en el contexto actual de incertidumbre y cambios constantes.
Annabel Cuatrecases – Responsable del Departamento de Desarrollo Económico Territorial