Igualdad: por un futuro sostenible y próspero

“No olvidéis nunca que será suficiente con una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Tendrá que permanecer alerta durante toda su vida.”

Simone de Beauvoir, El segundo sexo (1949).

 

En este año 2022, Naciones Unidas quiere reconocer la contribución de las mujeres y niñas a la adaptación al cambio climático, a su mitigación y respuesta para construir un futuro más sostenible para todos. En Europa, este 8M llega en un momento especialmente difícil cuando, aún no superados los efectos de la pandemia y en vías de estructurar nuestra recuperación económica, la guerra estalló en Ucrania y trajo destrucción, muerte y una importante corriente migratoria en el corazón de nuestro continente.

Las crisis sanitaria, medioambiental, económica y ahora bélica están teniendo consecuencias dramáticas en nuestra supervivencia como especie y están afectando de forma particularmente grave a mujeres y niñas.

Varios informes publicados en los últimos meses calculan que sólo la pandemia ha supuesto un gran retraso en la consecución de los objetivos de igualdad: el World Economic Forum, que en diciembre de 2019 calculaba que llegaríamos a la igualdad, en diversas áreas y mundialmente, en unos 99,5 años, en su informe de 2021 sitúa la cifra en 135,6 años. No es ni justo, ni admisible.

Las mujeres han sido más vulnerables a los riesgos económicos y sociales generados por la pandemia: han perdido su trabajo en mayor proporción; han tardado más en reintegrarse en sus puestos de trabajo y han cargado con tareas domésticas y de cuidados a causa de un teletrabajo que ha invadido la esfera personal y que, si bien por un lado ha permitido la continuidad laboral, por otra se ha vuelto en contra de la conciliación.

Por su parte, el cambio climático está afectando, entre otras cuestiones, a la agricultura, la biodiversidad, las reservas de agua y la salud, y provoca migraciones. En múltiples contextos, las mujeres –mayoría en las capas más pobres de las sociedades y más dependientes de los recursos naturales– son más vulnerables a estos efectos y, al mismo tiempo, deben afrontar más barreras sociales, políticas y económicas.

La guerra, por último, nos trae imágenes de misiles estallando en el corazón de ciudades que ayer estaban llenas de vida; colas de personas (muchas mujeres, muchos niños) huyendo para refugiarse en países cercanos; políticos (casi exclusivamente hombres) lanzando mensajes amenazantes, una escalada de tensión y un panorama desolador en un momento en el que estábamos planteándonos (y nos planteamos) la reconstrucción de nuestras economías dañadas.

Hace tiempo que vivimos en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, donde todo avanza de forma acelerada, donde cuesta captar el sentido de las cosas y donde a veces es confuso saber cuáles son los movimientos que hay que hacer para obtener los resultados que proyectamos. Pero a la vista de los retos mayúsculos que tenemos por delante, y que se nos multiplican, necesitamos saber navegar la incertidumbre y hacerlo con una mirada clara sobre lo que realmente importa.

Debemos entender el mundo en su integridad, comprender la interrelación de todos sus elementos, tomar conciencia de que el sostenimiento de la vida es un valor en sí mismo, imprescindible, y que necesitamos nuevas miradas a nuestras realidades actuales para generar una visión común del futuro al que queremos llegar: un futuro que debe ser sostenible, próspero y justo para todas las personas.

Desde la Comisión Mujer y Empresa iniciamos este 8M el “Ciclo: Nuevas Miradas a la Economía”, con el objetivo de activarnos para conocer nuevas propuestas que nos permitan diseñar mejores políticas y mejores indicadores que promuevan la prosperidad para nuestras sociedades y que tengan en cuenta lo que importa, ampliando nuestro campo de visión y sumando, sumando siempre el 100% de nuestro talento, en nuestra diversidad, para construir el mundo que merecemos. Le invitamos a acompañarnos. ¡Hay mucho que hacer!

Maria Teixidor – Presidenta de la comisión Mujer y Empresa de PIMEC

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