Esta compañía defiende la alianza necesaria entre los ODS y la pyme para que esta se convierta en un agente activador para construir un futuro sostenible.
Compartir, orientar, colaborar… con un objetivo: conseguir que los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) aterricen en el día a día del tejido productivo y de servicios de las pequeñas y microempresas. Esta es una tarea en la que está volcada la compañía EPI Industries, un proveedor de productos y componentes de ingeniería mecánica con servicios asociados a la industria.
Su directora general adjunta y miembro de la tercera generación, Mireia Cammany, ha sido la impulsora de este proyecto, aunque con un reto corporativo muy importante: los ODS tienen que ser y son una oportunidad de negocio. Dos años después de su descubrimiento personal de la Agenda 2030 y sus objetivos de sostenibilidad –gracias a Pimec–, Cammany tiene dos cosas muy claras. Primera, la pyme ejerce un papel muy destacado a la hora de contribuir a la sostenibilidad. Y, segunda, “las pymes necesitamos que nuestras acciones tengan un retorno económico, y apostar por la sostenibilidad lo tiene, sea más o menos visible”. Cammany pone en valor que la recompensa no viene siempre a través del negocio propiamente dicho –producto, precio…– sino también del “estatus” que la compañía consigue en el conjunto del tejido industrial y ante otras empresas, porque “se entra a trabajar en otra liga, la del plus de la sostenibilidad”. No obstante, es una oportunidad de negocio, ya sea por la vía del ahorro o por la vía de los ingresos y el incremento de relaciones comerciales.
A la vista de lo anterior, ¿qué puede hacer la industria, el tejido empresarial, en su entorno y con sus recursos para alinearse con los ODS y la Agenda 2030? Mireia Cammany, desde su experiencia “totalmente autodidacta”, hace una serie de recomendaciones. La Agenda 2030 se conoce muy poco, “la gente no sabe que es una hoja de ruta de la que todos somos actores”. “El tema está en que muchas empresas ya están llevando a cabo actuaciones alineadas con la Agenda 2030”, pero no se dan cuenta. Por lo tanto, las anima a hacer una radiografía de todo lo que hacen para empezar a identificar acciones que ya llevan a cabo y que cumplen alguno de los objetivos de sostenibilidad, y, a partir de aquí, identificarlas y ponerlas en valor. Asimismo, es bueno saber qué está haciendo “la empresa de al lado para abrir líneas de colaboración y compartir experiencias”.
“Somos el 98,9% del tejido industrial. Si sumamos todas nuestras pequeñas actuaciones, el impacto para mejorar el planeta es enorme”.
Cammany insta a potenciar el trabajo de las industrias desde el punto de vista de la pequeña y la microempresa porque “es cierto que las grandes corporaciones también están trabajando, pero juegan otro papel tanto o más destacado porque sus acciones tienen más eco, y así contribuyen no solo a la sostenibilidad sino también a la sensibilización de la sociedad en general”.
El trabajo de EPI Industries desde 2018, ni la pandemia lo ha destruido. Quizás lo ha amortiguado pero se ha seguido trabajando a lo largo del 2020 en aquellos ODS que se identificaron –“y añadiremos otros”–. En total, siete de los 17 ODS marcados por la Agenda 2030. Esto significa trabajar por la salud y el bienestar, la educación de calidad, la igualdad de género, el agua limpia y el saneamiento, la producción y el consumo responsable, la energía asequible y las alianzas para lograr objetivos. “¿Qué pyme no cumple con alguno de estos ODS, u otros?”, se pregunta Cammany.
En EPI Industries 2020 se comenzó este trabajo con la realización de unos trípticos informativos para los clientes en que se explica que la compañía –con 250 trabajadores y una facturación de 40 millones de euros en 2019, que este año se verán reducidos en un 10%– tiene una serie de productos alineados con la sostenibilidad.
Posteriormente, en pleno confinamiento, a pesar de que la compañía siguió trabajando y teletrabajando como proveedora de servicios esenciales, se tuvo que aplicar un ERTE de cinco meses de duración, pero también esto se convirtió en una oportunidad. La dirección decidió complementar el salario hasta el 99%, porque se dejó un 1% de los sueldos, unos 33.000 euros, para destinarlos a proyectos de investigación españoles vinculados a la vacuna o a la obtención de diagnósticos para la Covid-19, avalados por instituciones de referencia. Finalmente, se han elegido el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, en Madrid (11.000 euros); el Instituto Catalán de la Nanociencia y la Nanotecnología de Bellaterra (7.000 euros), y el de Barcelona Super Computing con el IRSI Caja y el IRTA (15.000 euros).
Esta ha sido la manera de desarrollar otro de los ODS: el vinculado a la salud y el bienestar que redundará indirectamente en todos sus trabajadores, clientes y proveedores en todo el mundo.
Y, de julio hasta hoy, la empresa se ha marcado dos nuevos objetivos. Por un lado, ya se ha llevado a cabo la instalación de placas solares en toda la cubierta de la factoría de Lliçà de Vall (Barcelona), con una inversión de 80.000 euros, para facilitar el autoconsumo de una parte de las instalaciones. Un punto y seguido en el plan de eficiencia energética para reducir las emisiones de carbono en su actividad económica para todo el grupo en España –13 centros–, que se elaboró en 2019 y que tuvo como punto de partida la colaboración con la firma Km0 Energy y la contratación de la compañía Electra Caldense Energía para cubrir la totalidad del consumo eléctrico 100% de origen renovable.
Por otro lado, definir el propósito corporativo: ayudar la industria a construir un futuro sostenible, y hacer de EPI Industries un agente activador, buscando complicidades con todos sus proveedores y clientes para que la industria construya un futuro sostenible.
Así, la compañía de la familia Cammany creará en 2021 unos grupos de trabajo que sensibilizarán sobre la Agenda 2030 a las empresas con las que tienen relación y evaluarán el grado de sostenibilidad de sus clientes y proveedores para crecer conjuntamente.
“Lo único que hace falta es que las pymes conozcan la Agenda 2030, porque lo que necesitan es tiempo para ordenar acciones y mejorarlas, con trabajo intensivo y progresivo”
Y, finalmente, por iniciativa de los propios trabajadores, se está realizando la evaluación de la huella de carbono de la actividad logística de EPI Industries –desde el transporte hasta el packaging– para encontrar y diseñar las acciones encaminadas a reducirla a corto y medio plazo. También se quiere trabajar en la reducción de papel y plástico en toda la cadena de valor de la compañía.
La plantilla recibirá más formación sobre la Agenda 2030 y los ODS con el fin de que tenga conocimiento de qué es lo que está haciendo la empresa en ámbitos como las energías renovables, el plan de igualdad y, por supuesto, la tarea global de agente activador de la sostenibilidad. “Lo único que hace falta es que las pymes conozcan la Agenda 2030, porque lo que necesitan es tiempo para ordenar acciones y mejorarlas, con trabajo intensivo y progresivo”; porque, sin saberlo, muchas empresas ya trabajan en los ODS, manifiesta Mireia Cammany.