España ha asumido la presidencia del Consejo de la UE, mandato que desarrollará desde julio hasta finales de año. En este periodo, tendrá el reto de activar medidas que sean beneficiosas para nuestro progreso a corto, mediano y largo plazo.
Este año celebramos el 15º aniversario del Small Business Act, el decálogo europeo para las pymes, que tenía como objetivo simplificar el ámbito normativo, promover la segunda oportunidad, facilitar el acceso a la contratación pública y poner fin a la morosidad. Además de estos objetivos, han aparecido nuevos retos como los elevados costes energéticos y de las materias primas, así como una inflación excesiva.
Para que Europa acontezca más competitiva, verde, justa, con talento y empleo, integrada en el mundo y, sobre todo, adaptada a las pymes, hemos elaborado un conjunto de 50 propuestas.
En el marco de diferentes encuentros con instituciones catalanas, españolas y europeas, reiteramos la necesidad de que se legisle pensando en los más pequeños y de que hay que trabajar más allá de las actuaciones de un semestre y plantear medidas de cara a la próxima legislatura europea.
En el ámbito laboral se debe promover la reconversión de los trabajadores y la Formción Profesional para que las empresas puedan hacer frente a la falta de personal que sufren y tener acceso a las competencias que les permitan innovar, digitalizarse y llevar a cabo la transición verde.
Sobre sostenibilidad, alertamos que numerosas regulaciones europeas están introduciendo requisitos de información que supondrán costes excesivos para las pymes. La transición verde no se tiene que centrar tanto en obligar sino en incentivar y acompañar las pymes.
En el ámbito económico, exigimos poner fin a la morosidad, y la revisión de la directiva europea es una oportunidad que no podemos dejar pasar. Reclamamos que se incluyan plazos estrictos de pago y un régimen sancionador.
Por otro lado, defendemos una Europa más justa y cohesionada, que pasa por una política rural centrada en las pymes y por una política fiscal que tenga en cuenta el principio de proporcionalidad en el esfuerzo fiscal.
La aplicación de estas medidas tiene que ir acompañada de instrumentos financieros y los fondos Next Generation EU tienen que dedicarse preferentemente a las pymes. Solo así se podrá impulsar la competitividad y se garantizará la viabilidad de nuestras empresas en este entorno lleno de nuevos retos.
Rosa Solanes – Representante de PIMEC a Europa