Quiero empezar con una pequeña vieja historia: “Había una vez cuatro individuos denominados Todos, Alguien, Nadie y Cualquiera. Siempre que había una tarea, Todos estaba seguro de que Alguien la haría. Cualquiera podría haberla hecho y Nadie la hizo. Alguien se puso nervioso porque Todos tenía el deber de hacerla. Finalmente, Todos culpó a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podría haber hecho”.
Después de esta historia introductoria, quiero destacar que estamos sufriendo una pandemia muy importante y totalmente desconocida. Todos tenemos miedo, no solo por nuestra salud, sino también por las pérdidas económicas que puede comportar esta crisis.
Nos estamos preparando para una reanudación de la actividad económica, comercial e industrial. Estos días hemos aprendido qué es una mascarilla FFP2, FFP3, unas gafas de protección, las pantallas de seguridad, los guantes de nitrilo, látex, etc. Ahora es cuando nos acordamos de la Prevención de Riesgos Laborales y todos tenemos prisa por aprender y llevar a cabo medidas preventivas que nos puedan aislar del maldito virus SARS-CoV-2 y para no contraer la enfermedad de la Covid-19.
Esta enfermedad es un riesgo más de los que tenemos en nuestro entorno laboral: ahora pensamos en el coste económico y decimos que no podemos aguantar ni un día más; ahora vemos cuál es el coste real de la no prevención. Decimos que las Administraciones Públicas no han hecho prevención y, de repente, creemos en la prevención de riesgos laborales. En aquello que cada vez que oíamos, decíamos que era un gasto y un incordio.
Las empresas, los trabajadores, los autónomos, en resumen, todos debemos tener presente la prevención en todo momento, todas las empresas tienen que disponer de sus planes de prevención desde el mismo inicio de la actividad. Ahora haremos unos planes muy rígidos para empezar de nuevo a trabajar, en un entorno donde existe la probabilidad de infectarnos y enfermar, pero ¿tendremos el mismo cuidado con los riesgos intrínsecos de nuestros puestos de trabajo? Las caídas, las electrocuciones, los cortes, las posturas forzadas, los sobreesfuerzos, la fatiga mental, el acoso laboral… ¿O, por el contrario, solo pensaremos en la Covid-19?
Debemos integrar la prevención de los riesgos laborales y la cultura preventiva en nuestra vida cotidiana, debemos acostumbrarnos a trabajar teniendo en cuenta la prevención de riesgos laborales. No dejemos para mañana lo que podríamos haber hecho ayer.
Màrius Martí
Área de Prevención de Riesgos Laborales del departamento Jurídico de PIMEC