¿Qué les dirías a las mujeres que son autónomas o quieren emprender un negocio?

Una de las preguntas que me hacen habitualmente en las entrevistas sobre mujer autónoma es: “¿Qué les dirías a las mujeres que son autónomas o que quieren emprender un negocio?”.

Ante todo, quiero recalcar que no hablamos de un colectivo homogéneo. Entender esta diversidad hace que las recomendaciones puedan variar en función de cada situación. Sin embargo, los estudios nos ponen de manifiesto una situación que afecta al colectivo femenino que quiere emprender, o bien que ya tiene un negocio en funcionamiento. No pretendo entrar en las causas, sino en la descripción de los datos que aportan estos estudios.

En primer lugar, es necesario destacar que el último informe GEM publicado, el GEM España 2020-2021, indica que las mujeres, en relación con el colectivo masculino, percibimos menos oportunidades a la hora de emprender; manifestamos más miedo al fracaso; conocemos menos referentes en nuestro entorno que hayan iniciado un proyecto emprendedor; y sólo el 50% considera que su entorno valora el emprendimiento como una buena opción profesional.

Los datos preliminares de un estudio realizado por Autònoms PIMEC (enero 2022) nos indican también que las principales dificultades que tenemos las mujeres autónomas en el desarrollo de nuestra actividad son la conciliación familiar, la imposibilidad de tener aficiones personales, el tiempo de descanso, algunas enfermedades recurrentes y mantener un cierto nivel de relaciones sociales. Relacionado con estos aspectos, el estudio también indica que el tiempo de dedicación a la actividad es muy elevado, por encima de lo que sería una jornada como persona asalariada y con menos vacaciones; y con una retribución mayoritariamente inferior a la que recibirían si trabajaran por cuenta ajena.

A la vista de esta situación, ¿qué les diría a las mujeres que son autónomas o que se plantean iniciar una actividad por cuenta propia?

Para empezar, les diría que desarrollar una actividad por cuenta propia conlleva mucha dedicación y superar muchos obstáculos. Es importante saber cuál es tu propósito en relación con lo que quieres hacer. Dicho de otro modo, saber la “razón poderosa” de por qué te dedicas a lo que te dedicas.

En segundo lugar, no esperar a tener todo perfecto. Un proyecto, una idea que está bien, ya puede empezar a caminar y se va ajustando a medida que avanza.

Buscar referentes del mismo sector y, también, de otros sectores que inspiren por lo que han hecho y por cómo lo han hecho.

Trabajar los soportes familiares y profesionales. A nivel familiar, la gestión del propio negocio puede comportar repartir los trabajos y responsabilidades de manera diferente. Esto afecta a la persona y a todo su entorno familiar. A nivel profesional, hay que desarrollar la red de contactos que permita obtener los recursos cuando se necesiten.

Cuidarse. La pieza fundamental en el desarrollo del negocio es la persona promotora y, en muchas ocasiones, en el día a día, nos ponemos en segundo lugar.

Por último, el camino es largo y siempre se abren nuevas aspiraciones, nuevos retos. Es necesario plantearlo, etapa a etapa y, sobre todo, valorar lo que se ha logrado.

 

Elisabet Bach – Presidenta d’Autònoms PIMEC

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