La revolución 4.0, también llamada industria 4.0, es una revolución industrial que combina métodos y técnicas avanzadas de producción junto con tecnologías inteligentes que utilizan la red y la computación para obtener la máxima eficiencia. La esencia de esta revolución industrial reside en la idea de interconectar las distintas partes de la empresa y los elementos de producción de vanguardia generando una automatización de procesos que permita una mayor eficiencia y productividad.
Para entender mejor este concepto debe tenerse en cuenta que esta revolución industrial está basada en 9 pilares: Big Data (análisis masivo de datos), Fabricación aditiva (fórmula de fabricación innovadora), Cloud Computing (acceso inmediato a la información), Internet de las cosas (comunicación a través de la red –IoT por las siglas en inglés–), Ciberseguridad (necesidad de protección de los sistemas), Robótica (robots colaborativos inteligentes), Realidad aumentada (herramienta de mejora de los procesos industriales), Simulación (simulación de productos), e Integración (integración de todos los procesos dentro de la empresa).
Una vez nos hemos hecho a la idea de en qué consiste esta revolución industrial, sería interesante entender los impactos que esta Industria 4.0 tiene tanto a nivel interno como con respecto al ecosistema:
– Interno (empresa): La capacidad de ajuste que permite aplicar las herramientas que el 4.0 ofrece (Big Data, Cloud, IoT, etc.) genera importantes cambios en los modelos clásicos de producción y funcionamiento de procesos internos, así como, por supuesto, en las necesidades laborales que presentan las empresas en cuanto al perfil de los trabajadores que las configuran.
– Externo (ecosistema): El cambio en el modelo de producción afecta a todo el ecosistema que rodea a la empresa, generando así nuevas necesidades y prescindiendo de otras. Debemos entender que esto implica una afectación de todos los agentes que rodean a la empresa: proveedores, clientes, inversores, agentes reguladores, etc.
Así pues, nos encontramos en un momento en el que la llamada cuarta revolución industrial ya se ha iniciado. Esta revolución está estrechamente relacionada con la evolución tecnológica y las opciones que dicha evolución nos brinda en cuanto a la mejora en eficiencia y productividad empresarial. Además, según se ha expuesto se trata de una revolución que afecta y afectará tanto al funcionamiento interno de las empresas como a su ecosistema. Todo esto nos lleva a reflexionar sobre el cambio de paradigma en lo que se refiere a las necesidades que presentan las empresas y su ecosistema. Podemos observar que existe un factor tecnológico clave en esta revolución, por lo que deberá realizarse una inversión en tecnología y actualización de procesos. Siguiendo este hilo, es obvio que la innovación y los cambios en los modelos productivos también requerirán de trabajadores cualificados capaces de utilizar las nuevas herramientas tecnológicas.
En este punto encontramos la confluencia entre la revolución 4.0 y la creación de nuevos puestos de trabajo en sectores emergentes. La evolución y el asentamiento de la industria 4.0 está creando nuevas necesidades laborales. Tanto las empresas pioneras como las empresas situadas en su ecosistema, se encuentran cada vez más ante la necesidad de incorporar personal con habilidades y competencias técnicas enfocadas a las nuevas tecnologías que sea capaz de dar respuestas a las exigencias de esta revolución industrial.
Observamos a grandes rasgos estos nichos profesionales que han experimentado un importante crecimiento o que son de nueva creación:
– Programadores/as y expertos/as en desarrollo de software: se debe dar respuesta a toda la tecnología que requiere computación, desde la robótica industrial hasta la creación de aplicaciones informáticas de mejora de rendimiento y producción
– Especialistas en sistemas, microsistemas y redes: la conexión global y los sistemas en red internos de las empresas requieren cada vez más profesionales especialistas que sean capaces de supervisar y gestionar las redes.
– Profesionales del análisis de la información (Big Data): El análisis de datos es un nicho tan nuevo que cuesta mucho encontrar profesionales especialistas, por lo que tiene una gran proyección si hablamos de profesiones de futuro.
– Hackers y especialistas en ciberseguridad: Dado que el uso de la tecnología implica una interconexión global, esto supone que la ciberdelincuencia afecte de forma directa a aquellas empresas inmersas en el 4.0
– Operarios/as especialistas: la fabricación aditiva y la robótica industrial también requieren profesionales capaces de utilizar la tecnología de producción punta que se ha creado, por lo que nos encontramos ante un nuevo concepto de operario/especialista.
– Desarrolladores/as y técnicos/as en mantenimiento de hardware y nuevas tecnologías: toda esta explosión tecnológica implica tanto la creación de nuevos hardwares como el mantenimiento de esas nuevas tecnologías; por tanto, hacen falta nuevos técnicos especialistas y desarrolladores conocedores de las nuevas tecnologías que puedan dar respuesta al mantenimiento, reparación y desarrollo de la tecnología.
Para incentivar y promover el aumento de profesionales en estos nuevos nichos, encontramos varios proyectos y políticas de empleo en activo:
- La Comisión Europa ha puesto el foco para el crecimiento en los próximos años en dos grandes ámbitos: el crecimiento en la economía verde, mediante el Pacto Verde Europeo (European Green Deal), y la Estrategia Digital Europea (Digital Europe). La Estrategia Digital Europea aborda el gran reto de la transformación tecnológica que afectará de forma transversal a todos los sectores productivos, tanto a nivel más puramente económico como en la apuesta en nuevos profesionales.
- La Estrategia Española de Activación para el Empleo (EEAE) para el período 2021-2024 recoge una serie de medidas orientadas a impulsar y remodelar la economía y el mercado laboral. Otorga especial relevancia a la planificación, evaluación y seguimiento de las políticas de activación, concretamente algunas de ellas vinculadas a las nuevas necesidades que presentan las empresas:
- El desarrollo empresarial a través de la mejora de la capacitación de las personas trabajadoras y facilitando las transiciones.
- La transformación productiva y su digitalización, incrementando la incidencia de las políticas activas en el empleo en las empresas.
- El impulso de la digitalización de la economía
Aparte de estas grandes directrices por parte de las entidades estatales, desde hace algunos años en Catalunya ya se han ido implementando proyectos a pequeña escala que apuestan por promover el empleo en el sector 4.0. Encontramos por ejemplo el Programa de Empleo en la Industria Local (OIL) que se inició en 2015. El objetivo general del OIL ha sido fomentar proyectos para mejorar la competitividad de la industria local; el programa defiende una mirada estratégica hacia la mejora de la competitividad de la industria local teniendo en cuenta la realidad que representa la nueva industria y la industria 4.0. También encontramos otros proyectos de empleo (en este caso impulsados por el SOC) como el Proyecto Singulars (primera edición en 2018), el cual impulsa el empleo de jóvenes del territorio vinculados a Garantía Juvenil. Varias entidades colaboran con el SOC en el desarrollo de proyectos comarcales en el marco del Proyecto Singulars que promueven la formación y la inserción de las personas jóvenes en el sector 4.0. En estos proyectos se ofrece formación profesionalizadora en distintos sectores, de los que, por su relevancia y resultados de inserción, destacamos los siguientes: programación, marketing digital, robótica industrial, ciberseguridad, o impresión 3D.