“El apagón en el consumo eléctrico catalán sufre la mayor caída desde 2014, mientras que sube en el resto del país”; este era el título de un artículo de uno de los diarios de ámbito español, que explicaba que el consumo eléctrico en Catalunya cayó un 1% en 2018 en comparación con un aumento del 0,4% registrado en el conjunto de España, sumando así 4 años de subidas. Según este rotativo, esto se debía a la inestabilidad política y al parón industrial, causas del enfriamiento de la economía española.
Sorprende la disminución del consumo en la industria catalana porque todos los factores de análisis del sector indican un ligero frenazo, pero en ningún caso que sea importante. Si analizamos los índices del IDESCAT, el índice de producción industrial provisional para 2018 creció un 0,8%.
Así mismo, si analizamos la población con empleo en la industria durante 2018, observamos un aumento del 6,1%, con una punta del 9,9% en el primer trimestre. Según el índice de volumen de negocio de la industria (sin energía), vemos que ha crecido un 4,1% y la entrada de pedidos ha aumentado un 4,6%. La observación de la industria en 2018 permite concluir que el año ha sido muy bueno, con un frenazo en el último trimestre a raíz de la disminución del ritmo de la economía global.
¿Dónde está el problema de la disminución del consumo de la industria en 2018? Si analizamos el consumo por sectores vemos, efectivamente, que la industria ha tenido un descenso de consumo del 1,1% en relación con 2017. Aquí podemos observar una disminución a partir del mes de marzo y otras a partir del mes de junio y de noviembre. Si lo miramos por sectores, el químico ha consumido 1,2 TWh menos que en 2017.
¿Cuál es el sector que ha pinchado en consumo? El sector más importante es el de extracción de minerales no metálicos: el cloro, con un descenso del -8%; seguido de la energía con una disminución del -6,9%; el suministro de agua con -5,7%, y el papel con -2,8%.
Lo más destacado de 2018 es que empezó sin que entraran en funcionamiento la planta de electrólisis de la fábrica de Flix y las demás plantas productoras de cloro con la tecnología de celda de mercurio, Ercros en Vila-seca e Innovyn (la antigua Solvay) en Martorell.
El diclorometano es la base de la fabricación del PVC. Su importación desde Francia no ha reducido la facturación de la empresa que, de hecho, está evaluando la posibilidad de invertir en una planta de cloro -materia prima para fabricar el diclorometano- con tecnología de membrana, que consume menos de la mitad de electricidad. En este mismo sentido, Covestro, que también utiliza cloro como materia prima para fabricar metano-difenil-diisocianato (MDI) en la Canonja, dispone de la autorización de la Generalitat de Catalunya para invertir en una planta de 300.000 T de cloro con celda de diafragma en Tarragona en 2020.
Por otro lado, durante el año 2018 se registra un incidente importante en la producción de energía con parones importantes de las centrales nucleares de Vandellós y de Ascó.
Si comparamos la evolución de la industria catalana con la española, se observa que la ralentización de la industria catalana empieza a partir de julio, mientras que en España empieza a partir del mes de noviembre.
Veremos si la ralentización de la industria catalana afectará de forma importante a la economía. La historia reciente nos muestra que supera fácilmente las trabas que encuentra. Los valores de la exportación serán un buen indicador para ver cómo la industria catalana resuelve dicha ralentización.