La covid-19 y el rol social de las farmacias

Hace casi dos meses que Catalunya, como el resto del mundo, está viviendo una crisis sanitaria sin precedentes recientes en la que los diferentes actores políticos, sociales y económicos han hecho frente común con el objetivo de frenar la curva epidémica de muertes y nuevos contagios y proteger a las personas vulnerables ante la covid-19, que son las personas mayores o con pluripatologías. En esta misión, una de las metas principales era evitar el colapso del sistema sanitario, sobre todo de los hospitales y de los centros de atención primaria (CAP), y en este aspecto las farmacias catalanas han jugado un papel fundamental, como ventana de información sobre el virus y como nexo entre el sistema sanitario y la ciudadanía. Así, la crisis sanitaria de la covid-19 ha puesto de manifiesto el rol social de la farmacia, más allá de su valor como agente de salud.

Antoni Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Catalunya (FEFAC) y presidente de PIMEC Serveis Salut i Social, afirma que “la primera semana de confinamiento fue de estrés absoluto”. Ante la avalancha de visitas a las urgencias de los hospitales, el Departamento de Salud pidió que los ciudadanos con síntomas de covid-19 no fueran al hospital sino que llamaran al 061. Y, para hacer bien esta atención telefónica, se tuvo que reestructurar personal y algunos centros de atención primaria tuvieron que cerrar. “Todo esto, sin embargo, no fue suficiente, porque las respuestas a través del 061 son cortas y a través de la aplicación Stop Covid19 Cat te las da una máquina y no una persona, así que lo que hicieron los ciudadanos es bajar a la farmacia y preguntar dudas. La primera semana en las farmacias fue un no parar de dar información, de quitar miedos y angustias… ¡Y las llamadas se multiplicaron por diez!”, explica Antoni Torres.

A pesar de la complejidad del desafío, las farmacias catalanas pudieron hacer frente a la situación gracias a la coordinación entre sí y la buena preparación de los profesionales, que tuvieron (y aún tienen) como guía el documento de la FEFAC Coronavirus. Buenas prácticas organizativas para la oficina de farmacia. Este documento recoge varias pautas de información y organización para garantizar una buena actuación de las farmacias en tiempos de crisis sanitaria, en este caso por la covid-19: la importancia de la formación de los profesionales y de la concienciación ante el reto, un protocolo de actuación compartido, la necesidad de designar un responsable, la elaboración de un plan de contingencia, etc. “Este documento lo empezamos a preparar cuando las publicaciones médicas informaban y analizaban el estallido del coronavirus en China, y lo hemos actualizado hasta cuatro veces. Pretende dar herramientas para que las farmacias se autoprotejan y puedan ofrecer un buen servicio, e incluye cuestiones como qué hay que tener preparado y cómo se debe tratar a los pacientes, qué medidas económicas y laborales se deben tomar, qué situaciones de evolución de la pandemia se pueden producir… “, explica Antoni Torres.

Después de la primera semana luchando contra la expansión de la covid-19, la tarea de las farmacias hizo un viraje y comenzó a desarrollar otras acciones: “La gente ya sabía qué era el coronavirus y qué tenía que hacer, por lo que el trabajo de las farmacias se convirtió en descargar de trabajo los CAP y los hospitales con el mismo objetivo de evitar el colapso del sistema sanitario”. Los farmacéuticos asumieron más competencias de las que tenían hasta entonces y empezaron a poder renovar recetas electrónicas que caducaban y que necesitaban un nuevo plan de medicación, a dar servicio a los hoteles-hospitales y gestionar el sistema de voluntario de barrios y pueblos que llevan los medicamentos a las personas mayores o vulnerables. “Al principio de este proceso sufrimos, porque no es fácil poner en marcha todo esto, pero la farmacia es el punto final de la estructura del sistema sanitario y en ese sentido teníamos que dar un paso hacia adelante para garantizar el buen circuito de medicamentos”, dice Antoni Torres.

Un antes y un después

En la gestión de la crisis sanitaria de la covid-19 en Catalunya, más allá de la importancia de la farmacia como agente de salud, lo que ha quedado patente, según Antoni Torres, es el rol social de la farmacia. “El 99% de los habitantes de Catalunya tienen una farmacia en su municipio, por lo que en muchos casos es el agente sanitario más próximo. El hospital puede quedar lejos, el médico puede que venga al pueblo cada tres días…, pero la farmacia siempre está ahí, con un personal sanitario y unos horarios estables. Las farmacias tenemos la capacidad de detectar las personas que están en peligro de aislamiento, porque no han venido a buscar sus medicamentos, y entonces llamamos a los servicios sociales para que se hagan cargo de ellos; o también identificamos ciertas patologías unas semanas antes de que lleguen a los hospitales, porque los ciudadanos nos cuentan sus síntomas y nos piden medicamentos, i entonces llamamos a las urgencias de los hospitales para que se preparen”, analiza Antoni Torres.

“Durante estas semanas de crisis sanitaria, se ha evidenciado el papel social de la farmacia, como punto inicial y punto final del sistema sanitario, y como nexo con la ciudadanía. La implicación de las farmacias catalanas durante estas semanas ha sido (y está siendo) máxima, y ??el hecho de ser establecimientos muy preparados tecnológicamente e interconectados entre sí permanentemente nos ha permitido actuar con unos mismos criterios y hacerlo con mucha eficacia, siempre con la proximidad como valor”. En esta línea, Antoni Torres cree que la crisis sanitaria de la covid-19 ha hecho cambiar cosas que en un futuro tendrán que implementar como definitivas: “No tiene sentido que la gente tenga que hacer una hora de trayecto para ir a un CAP o un hospital a renovar una receta o hacer una consulta a un médico. Las recetas se tendrían que poder renovar electrónicamente desde la farmacia y las consultas médicas también de tendrían que poder hacer desde la farmacia, en un espacio habilitado con buena conexión y con el farmacéutico como intérprete si es necesario”.

Con las acciones que las farmacias están llevando a cabo estas semanas están trabajando directamente los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 1 (fin de la pobreza), 3 (salud y bienestar), 9 (industria, innovación e infraestructura), 10 (reducción de las desigualdades) y 17 (alianzas para conseguir los objetivos).

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