En los últimos años ha habido una gran concienciación de la necesidad de tener conocimientos y competencias financieras que permitieran a los particulares tomar mejores decisiones en ese ámbito. Es lo que denominamos educación o alfabetización financiera. Desde los organismos internacionales se dieron una serie de recomendaciones y pautas que los estados han adaptado creando sus planes de educación financiera. Así mismo, muchas iniciativas públicas y privadas han puesto su granito de arena en esta materia educacional.
En 2018, la OCDE dio un paso más, a través de su Red Internacional de Educación Financiera (INFE por su acrónimo en inglés), y publicó el “marco de competencias básicas sobre alfabetización financiera para micro, pequeñas y medianas empresas”. De este modo se ampliaba el público objetivo identificado que necesitaba conocer los elementos financieros más importantes para tomar decisiones.
Este marco pretende ser una herramienta que permita destacar qué conocimientos financieros pueden ayudar a los propietarios y gestores de empresas a hacer crecer sólidamente sus negocios. Para resumirlo, el documento define unas áreas de competencia que después desarrolla. Los 4 puntos principales son la elección y uso de los servicios financieros; la gestión y planificación financiera y empresarial; el riesgo y seguros y, finalmente, el entorno financiero. El documento baja al detalle de las competencias y tendría que servir como referencia para desarrollar planes de educación financiera para las empresas.
Este verano hemos tenido un segundo reconocimiento internacional de la importancia de la educación financiera para las pymes. El G-20, en su reunión de Roma de los pasados 9 y 10 de julio, de la que los medios se hicieron eco por la propuesta de establecer un impuesto sobre sociedades mínimo en todo el mundo, también quiso dejar constancia en su comunicado oficial de la cumbre de que “[…]la educación financiera es una habilidad esencial para el empoderamiento de las personas, especialmente las más vulnerables y deficientemente servidas, incluidas las micro, pequeñas y medianas empresas[…]”.
En el mismo escrito hablan de la recomendación de la OCDE como un instrumento que puede ayudar a los gobiernos, autoridades públicas y otras partes interesadas a diseñar, implementar y evaluar políticas de educación financiera.
Desde el Instituto de Estudios Financieros, en los últimos años hemos impulsado la educación financiera para autónomos, micro, pequeñas y medianas empresas con diferentes programas y proyectos. Apenas un mes antes de este reconocimiento del G-20 de la importancia de la educación financiera para empresas, pusimos en marcha con PIMEC Formación el curso “Finanzas para gestionar con éxito tu pyme”, que fue un éxito tanto por la acogida como por las valoraciones de los participantes.
Los próximos años la formación en finanzas seguirá siendo una herramienta capital para los gerentes de las pymes que, con unos buenos conocimientos financieros, harán más viables sus compañías y podrán conocer nuevas fórmulas alternativas para financiar sus nuevos proyectos y la innovación de sus negocios.
Jordi Martínez, director de Educación Financiera del Instituto de Estudios Financieros