Prevención, salud y autónomos

La prevención de la salud es una cuestión fundamental para los autónomos, puesto que su bienestar físico y mental es esencial para el buen funcionamiento de su negocio. Así lo asegura la presidenta de Autònoms PIMEC, Elisabet Bach: “es importante dedicar tiempo a cuidar la salud y el bienestar para dar lo mejor de nosotros mismos”. Cada autónomo/a tiene necesidades y circunstancias particulares, por eso es recomendable adaptar las medidas de prevención de la salud a sus propias condiciones laborales. Algunas recomendaciones son:

– Mantener hábitos saludables (alimentación equilibrada, ejercicio físico regular y descanso adecuado) para mantener un buen nivel de energía y reducir el riesgo de enfermedades
– Organización y gestión del tiempo para evitar el estrés y el agotamiento. Programar pausas y momentos de descanso regulares puede ayudar a mantener un equilibrio entre el trabajo y el descanso.

– Ergonomía en el puesto de trabajo para prevenir problemas de salud relacionados con la postura o el esfuerzo repetitivo.

– Utilizar el equipo de protección personal necesario, seguir las normas de seguridad e implementar medidas preventivas específicas para el sector.

– Gestión del estrés y el bienestar emocional: el estrés puede ser una realidad presente en la vida de un/a autónomo/a, puesto que asumen múltiples responsabilidades. Es importante aprender técnicas de gestión del estrés, como por ejemplo la meditación, la respiración consciente o el ejercicio físico. También es recomendable buscar apoyo emocional, ya sea a través de la familia, amigos o profesionales, para abordar las situaciones de presión o ansiedad.

Cuando un/a autónomo/a recibe un diagnóstico de cáncer, puede ser un momento difícil y complejo tanto desde el punto de vista personal como profesional. Hay que tener en cuenta muchos factores: la gestión de la asistencia médica, el apoyo emocional y psicológico, flexibilizar el horario de trabajo, informar a los clientes y colaboradores, gestionar las prestaciones, seguros, ayudas o subvenciones, etc. Aunque cada situación es única, por eso, como autónomo/a,  es clave buscar asesoramiento profesional para abordar adecuadamente las implicaciones del cáncer en cada situación en profesionales de la salud, asesores legales u otros especialistas, para obtener información específica y actualizada según las circunstancias particulares.

En el caso de Anna, una autónoma farmacéutica, las dificultades vinieron en el momento de buscar una persona sustituta para hacer sus guardias mientras ella seguía tratamiento de quimioterapia. “Tuve que hablar con otros farmacéuticos para que me cambiaran las guardias, el inconveniente es que después tenía que devolverlas. Así que las acabé haciendo yo”. Pasaron tres semanas entre que le diagnosticaron el cáncer y el inicio del tratamiento, “imposible en este poco tiempo encontrar a alguien que te lleve la farmacia, la gestión de stocks, compras, etc., de manera que al cabo de dos días de tratamiento ya estaba incorporada, tomando aún medicación, y sin poder hacer recuperación”, lamenta Anna.

Por otro lado, Cheli Rico, una peluquera autónoma que fue diagnosticada de cáncer durante la pandemia, tuvo que coger la baja y seguir pagando los gastos del negocio cerrado. Cheli no pudo acabar el tratamiento de quimioterapia porque su cuerpo lo rechazaba y empezó a tratarse con radioterapia, que, desgraciadamente, la inhabilitó para hacer cualquier trabajo, por lo cual tuvo que cerrar el negocio, y ahora está en proceso de obtener la baja absoluta. Durante el tratamiento, no toda la medicación entra por la seguridad social. A parte, tiene tres hijos y despidieron a su marido al inicio de la pandemia, quien después se hizo autónomo, hecho que permitió que pudiera acompañarla en sus tratamientos, pero los ingresos del hogar quedaron “muy tocados”. Actualmente, recibe 572€ € de prestación, “con este dinero representa que tenemos que vivir. Es insostenible”, asegura. Por todo esto, Cheli Rico considera que hace falta que, para bajas laborales tan prolongadas, exista un tipo de seguro que no sea más caro por el hecho de ser autónomo/a, y que nos pueda cubrir. O que en la misma cuota de autónomos se incluya este seguro, “puesto que tal y como está montado el sistema, una persona autónoma es muy vulnerable”, asegura.

Los autónomos tienen una relación especial con el sistema de salud. Por un lado, tienen la obligación de cotizar a la Seguridad Social para tener acceso a la cobertura sanitaria pagando una cuota mensual que les permite acceder a los servicios médicos, como por ejemplo asistencia primaria, especialidades médicas y hospitalización. A través del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) los autónomos pagan su cuota de Seguridad Social, la cual se calcula en función de sus ingresos y actividad económica. De este modo, tienen derecho a prestaciones por enfermedad e incapacidad temporal, siempre que hayan cotizado previamente durante un periodo mínimo. Unas prestaciones que deben servir para compensar las pérdidas económicas en caso de incapacidad para trabajar a causa de una enfermedad o lesión, y que desgraciadamente resultan “totalmente insuficientes para cubrir los gastos de un negocio y vivir”, según la presidenta de Autónomos PIMEC, Elisabet Bach. Y es que, si un/a autónomo/a coge la baja, solo a partir del tercer mes obtiene el 100% de la prestación, por lo que “una persona autónoma solo coge la baja si está muy enferma, porque cuando deja de trabajar se produce una reducción importante de la facturación. Las condiciones de las prestaciones y coberturas no se adecuan a la realidad. Y esto se tiene que mejorar”, asegura Elisabet Bach.

Por otro lado, muchos autónomos optan por contratar un seguro privado de salud para complementar la cobertura de la Seguridad Social porque les permite acceder a una atención médica más ágil y personalizada en clínicas y hospitales privados, y también pueden asociarse a una mutua profesional, que ofrece servicios de prevención de riesgos laborales y asistencia sanitaria específicos para su sector de actividad.

Son diversas las opciones y “obligaciones que ha de tener un autónomo a la hora de ejercer sus pocos derechos laborales; no obstante, hay que hacer hincapié en que la prevención y un diagnóstico a tiempo es lo más importante”, señala Elisabet Bach.

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