Los retos de la inserción laboral

El artículo 27 de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, aprobado en 2006 por la Organización de las Naciones Unidas, reconoce el derecho de este colectivo a trabajar en un entorno laboral abierto, inclusivo y accesible, sin que sean discriminadas por esta razón. No obstante, todavía hay mucho recorrido a la hora de avanzar hacia una sociedad más justa y totalmente igualitaria.

La Fundación PIMEC, entre otras cuestiones, funciona como puente de unión entre el mundo social y el empresarial. Acompaña a personas en riesgo de exclusión social, entre ellas las personas con discapacidad, así como a las entidades que ayudan a empresas en la inserción laboral.  Además de las acciones de PIMEC en materia de inserción laboral, la Fundación PIMEC ayuda a las pymes a gestionar la diversidad dentro de sus negocios. Patronal y fundación trabajan de manera transversal.

La Ley obliga a las empresas de más de 50 trabajadores a contratar empleados que tengan al menos un 33% de discapacidad. La directora de la Fundación PIMEC, Rosa Maria Juny, pone de manifiesto la importancia de sensibilizar a las pequeñas y medias empresas para que incluyan en sus procesos de selección a colectivos con dificultades, puesto que no están obligadas por ley. “Hay muchas personas por debajo del 33% de discapacidad o que no tienen discapacidad, pero sí se encuentran en riesgo de exclusión social”, alerta.

Rosa Maria Juny asegura que, de una manera muy sencilla, las pymes pueden contribuir a la Responsabilidad Social Corporativa favoreciendo la inserción laboral y, por otro lado, también pueden disfrutar de beneficios sociales y económicos. Destaca dos de los proyectos de la Fundación PIMEC que ayudan las pymes en este sentido: El programa Incorpora y el programa Inclou futur, servicios gratuitos para las empresas.

El trabajo con apoyo: una metodología para conseguir una sociedad más justa

El trabajo con apoyo es una metodología de intervención que se empezó a desarrollar en la década de los años 80. Ayuda a las personas con discapacidad, trastorno mental y a otros colectivos con desventajas para conseguir y mantener un trabajo remunerado en un mercado laboral abierto, con las mismas condiciones que el resto de las personas trabajadoras. Se caracteriza por la búsqueda de un puesto de trabajo adecuado a cada persona, el aprendizaje de tareas en el mismo puesto de trabajo con el apoyo de un preparador laboral y el seguimiento en la empresa a lo largo de toda la vida laboral.

La Asociación Catalana de Trabajo con Apoyo (ACTAS) es una entidad sin ánimo de lucro que se constituye en 1995, fruto de la necesidad de intercambiar experiencias entre las entidades y los profesionales que utilizan la llamada metodología del trabajo con apoyo. Sus actuaciones están orientadas principalmente a todas aquellas actividades que promuevan la inclusión social de las personas con discapacidad y trastorno mental, a través de su incorporación en entornos de trabajo, abiertos, inclusivos y accesibles.

ACTAS colabora con más de 1.500 empresas comprometidas con la Responsabilidad Social Corporativa a través de sus entidades, que ofrecen a las compañías el personal preparado y responsable que necesitan, además de asesoramiento y seguimiento.

La mayoría de las entidades que forman parte de ACTAS son centros colaboradores con el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. Entre sus objetivos, trabajan para fomentar la contratación de personas con discapacidad o con trastorno mental y para aplicar y profundizar en la metodología del trabajo con apoyo en todo el territorio catalán y en Andorra. Intercambian información -a nivel nacional e internacional- sobre diferentes experiencias y realizan estudios conjuntamente con universidades y otras entidades públicas o privadas que aportan nuevos conocimientos. Además, impulsan iniciativas legislativas y administrativas que favorecen la inclusión laboral de estas personas que presentan dificultades. Por todo esto, han sido reconocidos en varias ocasiones con galardones como el premio Macià 2010 en la categoría de fomento de la creación de empresas y de empleo de calidad.

La presidenta de ACTAS, Montserrat Cardona, es también la actual directora de la Fundación TRESC de Girona. Después de estudiar magisterio, logopedia y pedagogía, trabajó con niños y niñas como logopeda en inclusión educativa e hizo formación con adultos que estaban en paro. Desde 1992 trabaja en la inserción laboral a través del trabajo con apoyo, es miembro de la junta de ACTAS desde hace 8 años y preside la entidad desde hace 3 años. “Es un trabajo muy individualizado, acompañamos y asesoramos a los trabajadores durante toda su vida laboral”, destaca, después de señalar que quieren ser reconocidos como servicio y tener una normativa y una financiación propia. Actualmente, cuentan con una subvención anual “que no cubre todos los apoyos que ofrecen a las personas”.

Montse Cardona asegura que las empresas que contratan personas con discapacidad intelectual y trastorno mental son de todo tipo. Desde las entidades asesoran a las compañías en todo aquello que necesitan para hacer posible esta inclusión laboral, con un papel de intermediarios para que la empresa consiga dar este apoyo a las personas trabajadoras con discapacidad.

ACTAS atiende a más de 3.000 personas de todas las edades. El porcentaje de inserción laboral es del 50% y el éxito de éstas es del 90%.

“El feedback de las empresas es buenísimo, las compañías están satisfechas y las personas con discapacidad y trastorno mental que acompañamos, también. Muchas pequeñas empresas contratan trabajadores de este colectivo, a pesar de no estar obligadas a ello porque tienen menos de 50 trabajadores”, afirma. Además, ha querido alertar de que se deben cambiar muchas cosas “desde la raíz”, puesto que actualmente no se está alcanzando el objetivo de la inclusión total porque los procesos se quedan en las etapas intermedias. Cree que las normativas se tienen que adecuar en materia de inclusión a lo que dicen las Naciones Unidas y lamenta que las entidades que trabajan con la empresa ordinaria no son consideradas como un servicio y desarrollan su actividad en un “sistema precario”.

La presidenta de ACTAS declara que la inclusión laboral no funciona si no hay una inclusión social y critica que, como sociedad, todavía se deben dar muchos pasos para conseguir una inclusión total porque hay muchos estereotipos y prejuicios. “Durante la crisis, mucha gente se quedó sin trabajo e, incluso, algunas de las mismas personas con discapacidad pensaban que, si no había empleo para los demás, para ellos aún había menos porque se consideran ciudadanos de segunda. Esto no puede ser”, pone como ejemplo.

Considera que la mejor formación es aquella en la que las personas aprenden en las empresas: “Nuestra esencia no es la formación, aunque la ofrecemos; queremos que las personas a las que atendemos tengan el máximo número de oportunidades y posibilidades”.

Grupo Àuria: Fomentar la igualdad de oportunidades laborales

El Grupo Àuria es un conjunto de entidades que funcionan como centro especial de trabajo y que, en la actualidad, genera empleo para más de 750 personas con distintos grados de discapacidad. Con dos centros productivos en Igualada y en Esparreguera, apoya a trabajadores en riesgo de exclusión social o vulnerabilidad y fomenta la autonomía, la igualdad de oportunidades y la defensa de los derechos de las personas a través de formación especializada, itinerarios de incorporación laboral, empleo terapéutico y programas de voluntariado.

En cuanto a su historia, el Taller Àuria SCCL nació en 1972 al amparo de la asociación de padres y madres de la Escuela Àuria, ante la necesidad de crear un espacio de trabajo donde se pudiera dar oportunidades laborales a aquella primera generación de alumnos de este colegio especial para niños con discapacidad. No fue hasta el 1981 cuando el taller se formalizó como Cooperativa de Calificación Especial, adaptándose a la normativa catalana como Cooperativa de Iniciativa Social Mixta de Trabajo Asociado y Consumidores y Usuarios.

Su misión es garantizar la calidad de vida de las personas con discapacidad y fomentar la igualdad de oportunidades.

Entre otros reconocimientos, en 2017 el grupo fue galardonado con el CoopCat al empleo de calidad, y en 2015 recibió el premio Ciudad de Igualada por su compromiso social y cívico a raíz del proyecto de la Fundación Privada Àuria de aprendizaje. Además, la comisión de responsabilidad social del Consejo de Relaciones Laborales de la Generalitat de Catalunya reconoció la memoria de responsabilidad social de Àuria Cooperativa en 2015.

Las entidades que conforman el grupo -Àuria Cooperativa, Àuria Fundación, Àuriafil y Àuria Inserción- aglutinan a más de 1.400 colaboradores.

  • Àuria Cooperativa: Es el centro especial de trabajo que presta servicios a empresas ordinarias e instituciones públicas con criterios de profesionalidad, calidad e inserción laboral de personas con discapacidad.
  • Àuria Fundación: Se constituye en 1992 para estructurar la prestación de servicios y apoyos a las personas con discapacidad intelectual o trastorno mental de la comarca de la Anoia.
  • Àuriafil: Es una fundación para la inclusión laboral. Sus principales áreas de trabajo son los manipulados industriales, el servicio de limpieza en vías públicas, edificios, jardines o espacios forestales, y el mantenimiento de jardines.
  • Àuria Inserción: Se trata de una cooperativa de segundo grado dentro del grupo cuya misión es crear oportunidades de empleo para personas con riesgo de exclusión social.

Miquel Canet es el director general del grupo. Habla de los pasos que cree que aún se tienen que dar en igualdad de oportunidades: “La defensa de la igualdad de oportunidades es un compromiso transversal. Es, o debería ser, una obligación del conjunto de la sociedad”.

En el caso de las personas con discapacidad, esta lucha se centra en garantizar los derechos, promover el bienestar y la autodeterminación para poder desarrollar todos los actos de la vida en igualdad de condiciones. “Desde Àuria siempre hemos hecho de la promoción de la autonomía personal un motor de apoderamiento; hemos sido proactivos y determinados a la hora de procurar que las personas optaran por vivir en vivienda propia, más que promover residencias”, añade.

El grupo dispone de un servicio de acogida residencial, gestionado por su fundación y que cuenta con 9 hogares-residencias, que son pisos situados en los barrios de la ciudad de Igualada, donde las personas que viven en ellos cuentan con apoyo continuado de un monitor. Por otro lado, también gestionan un centro 24/365 de apoyo continuado para personas con afectaciones más severas. “Como nuestro modelo pasa por fomentar la autonomía de este colectivo, damos mucha importancia al acompañamiento externo por parte de profesionales en momentos concretos de su día a día y en tareas muy concretas”, añade.

En relación con el voluntariado, Miquel Canet explica que actualmente el grupo cuenta con 230 compromisos de voluntariado, que son personas que, cuando es necesario, se activan. También hay los voluntarios de las actividades de ocio -como por ejemplo acompañar a personas a caminar o compartir un rato cada semana- y el grupo organiza programas de voluntariado corporativo para empresas.

Àuria trabaja para la formación continua de trabajadores en riesgo de exclusión social y los acompaña en el proceso de búsqueda de prácticas y puestos de trabajo. En cuanto a la bolsa de trabajo de Àuria, el director general del grupo destaca que hay dos tipos de vías de formación que permiten la inserción laboral:

  • Los servicios concertados de la Generalitat y del Servicio Ocupacional de Inserción, que actualmente acompaña a unos 40 jóvenes con trastorno mental o discapacidad intelectual, una vez acaban su escolarización. Estos servicios, el año pasado consiguieron la inserción de 169 personas en empresas del entorno.
  • El Servicio de Inserción Especializado – punto formativo Incorpora (59% de inserción) ofrece cursos especializados, de acuerdo con las demandas de la industria y el tejido empresarial del territorio.

Por otro lado, Canet ha instado a las administraciones públicas a trabajar juntamente con las entidades del tercer sector en este campo para aprobar medidas necesarias. Y ha puesto como ejemplo la aprobación de los 900€ del Salario Mínimo Interprofesional, que no venía acompañado de medidas presupuestarias que ayudaran a hacer frente a este incremento en el ámbito del trabajo protegido. “Lo que reclamamos desde el ámbito del tercer sector es que la corresponsabilidad con las personas con especiales dificultades o riesgo de exclusión sea colectiva. El día que seamos capaces de integrar a todas estas personas y darles oportunidades en empresas ordinarias, no harán falta los centros especiales de trabajo”, señala.

“La inserción de estos trabajadores da valor a la empresa, a nivel de responsabilidad social y de la diferencia de saberse adaptar a los demás y comprender a personas que han pasado por dificultades extremas”.

En sus inicios, el Taller Àuria Cooperativa luchó durante años para que se aprobara una legislación que reconociera los derechos del trabajador con discapacidad y las capacidades productivas. En aquel tiempo, el gerente y también presidente de la Coordinadora de Talleres de Catalunya, Oscar Miró Quintana, impulsó a nivel estatal, junto con otros gerentes de entidades, la actual ley de Centros Especiales de Trabajo, que con las dotaciones presupuestarias fue un verdadero motor con una inversión de 12.000€ por puesto de trabajo creado y las subvenciones ordinarias de apoyo a las personas, que conforman el eje central de las políticas de empleo protegido, a pesar de que hace ya años que la inversión por puesto de trabajo ha sido retirada.

 

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