Betara: casero, ecológico y éxito internacional

¿Es posible pasar de ser un comercializador de queso local a uno de los productores más reconocidos del mundo en sólo 15 años? La respuesta es que sí, y así lo demuestra la comarca del Lluçanès. Una tierra de vegetación, belleza, tranquilidad y ganadería y rodeada de montañas y bosques. En medio de estos paisajes se encuentra Betara, una pyme que produce quesos de todo tipo y que reivindica la máxima de que “hay que ser intensamente local para ser genuinamente global”. De hecho, en su página web se presentan como “artesanos de primera”; toda una declaración de intenciones.

“El negocio llevaba 10 años funcionando cuando el mercado nos comenzó a pedir que hiciésemos nuestros propios quesos”, explica Ramon Berengueras, propietario de Betara.

Gracias a su trabajo riguroso y a la calidad de sus productos han conseguido, desde 2011, 25 premios en los World Cheese Awards (el equivalente a los Juegos Olímpicos de los quesos). Pero ¿cómo han conseguido este éxito en tan poco tiempo?

En primer lugar, cabe destacar la apuesta que ha hecho la empresa quesera catalana por los productos ecológicos (siete de las 28 variedades que ofrecen son ecológicas; un 15% de su oferta). Hoy en día los productos ecológicos disfrutan de una gran opinión pública, pero en Betara supieron avanzarse a esta tendencia. Y no sólo eso, supieron ver una oportunidad de una mala situación: la limitada oferta de leche de oveja ecológica les impulsó a construir su propia granja para tener una producción constante.

En segundo lugar, como en todas las cosas en la vida, siempre hay un componente de suerte o de saber estar en el momento adecuado en el sitio adecuado. Betara ha sabido aprovechar las condiciones que le ofrece su entorno y las ha convertido en sinergias positivas para su negocio. “El vino es nuestro aliado natural porque a la gente le gusta acompañarlo con queso, y no hay duda de que el incremento del prestigio que ha experimentado el vino en los últimos 20 años nos ayuda muchísimo”, confiesa Berengueras.

Por otra parte, los consumidores catalanes cada vez son más proclives a consumir todo tipo de quesos. “Ahora pides un plato de pan con tomate y te lo presentan con variedades de quesos locales junto con los tradicionales embutidos”, destaca el propietario de Betara. En contraposición, Ramon explica que “de pequeños, lo máximo a lo que podíamos aspirar era al queso holandés de bola”.

En tercer y último lugar, en Betara se han impregnado del espíritu de su fundador, el padre de Ramon Berengueras: “trabajar, trabajar y trabajar”. Esto los ha llevado a mirar más allá de las fronteras catalanas y a hacer los primeros pasos hacia el comercio exterior. Países como Andorra, Alemania, Dinamarca o EE. UU. han empezado a disfrutar de los quesos de la empresa del Lluçanès. Todas estas ventas al exterior suponen un 10% del volumen total.

Familiares, ecológicos y universales. Así se puede resumir con tres palabras cómo es esta empresa quesera.

A pesar de la falta de apoyo que padecen las pequeñas y medianas empresas, en palabras de Ramon Berengueras, en Betara continúan haciendo su camino, con tenacidad. La misma que demuestra su fundador, de 81 años, que cada día acude a la fábrica a las 5 de la mañana.

 

 

 

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