Realizar una selección de personal es decidir incorporar un nuevo miembro a nuestra organización, decisión que tendrá un impacto sobre el futuro de la empresa. En este sentido, una decisión equivocada, puede acarrear consecuencias de mayor o menor gravedad, pero que en cualquier caso generará gastos y problemas que tendremos que resolver.
La selección de personal es pues un proceso estratégico clave, para lo que recomendamos tener en cuenta una serie de aspectos que aumentarán las posibilidades de éxito
Tener bien definido el perfil que buscamos
Identificar qué necesidades tenemos que cubrir a corto / medio / y largo plazo. Definir claramente qué funciones debe realizar y qué conocimientos, experiencia y competencias debe reunir la persona que precisamos. Del mismo modo, debemos tener en cuenta con quien deberá relacionarse tanto a nivel interno como externo (clientes, proveedores, …) y con qué nivel de responsabilidad. Antes de iniciar el proceso tenemos que establecer también las condiciones de trabajo: horario / jornada, tipo de contratación, compensación, etc.
Las prisas no son buenas
Seguro que cuando necesitamos cubrir una posición en nuestra organización necesitaremos hacerlo en un plazo muy concreto, que generalmente será muy inmediato. Pero hay que tener en cuenta que un proceso de selección tiene varias fases y cada una de ellas requiere invertir un tiempo. Si prescindimos de alguna fase y nos precipitamos en nuestra decisión, reduciremos el tiempo pero también la efectividad, con las consecuencias que ello conlleva. Sin embargo, tampoco es recomendable dilatarse demasiado en la toma de decisiones.
La entrevista
La entrevista es el momento de conocer al candidato personalmente, y que él pueda valorar un poco más el proyecto que le ofrecemos. La entrevista es el momento idóneo para que el candidato pueda exponer lo que busca y lo que puede aportar, por lo que debemos generar un espacio de comunicación abierto y evitar monopolizar la entrevista.
En este sentido, es aconsejable hacerle un breve resumen del proyecto para que pueda valorar si encaja con sus expectativas profesionales, y no entrar demasiado en detalles del tipo de profesional que buscamos para no condicionarlo. Durante la entrevista no sólo debemos centrar nuestra atención en valorar que la persona se adecue al puesto de trabajo que necesitamos cubrir, sino también que el proyecto que le ofrecemos adecua a sus expectativas profesionales.
Evitamos sorpresas
Hay que complementar la información recogida en las entrevistas con otras herramientas de evaluación como las pruebas de selección, adaptadas al perfil que buscamos, dinámicas grupales, etc. que nos permitan obtener información objetiva en relación a sus competencias como habilidades comunicativas, negociación, liderazgo, etc.
Pedir asesoramiento profesional
Para hacer una selección de personal con garantías hay que contar con el apoyo de profesionales del ámbito que aporten la rigurosidad y profesionalidad que necesitamos cuando abordamos un proceso selección. Seleccionar un buen profesional no es sólo cuestión de garantizar que reúne los requisitos técnicos necesarios (formación, idiomas, informática, experiencia), sino también, y me atrevería a decir que por encima de todo, los requisitos actitudinales (valores, motivaciones) y competenciales (habilidades, potencialidades).