El precio del barril Brent ha pasado de 99,4 $ / barril en 2014 a 35,6 $ / barril de este año. Esto representa una reducción en el precio del 64,2% . Con todo, hay que tener en cuenta que la evolución del tipo de cambio euro-dólar juega un papel destacable en sentido contrario. Efectivamente, entre 2014 y 2016 el euro se ha depreciado de un 16,5% frente al dólar y ha atenuado la caída del precio del petróleo hasta situarla en el 57,1%. Con todo, esta disminución sigue siendo muy relevante.
Consecuencias positivas
Una primera consecuencia positiva es macroeconómica, su impacto en la balanza comercial .
Así, las importaciones de productos energéticos, extractivos y refinamiento de petróleo pasaron de 54.000 millones de euros en 2014 al conjunto de España a 38.000 millones de euros en 2015. Esto supone un ahorro de 16.000 millones de euros en nuestra balanza comercial, representa una disminución del 30% del coste energético y una contribución positiva al PIB del 1,5% . Dada nuestra total dependencia exterior del petróleo, este hecho supone una mejora en el saldo de nuestra balanza comercial que hace reducir nuestra necesidad de endeudamiento del exterior.
Otra consecuencia positiva es que aumenta la renta disponible de los consumidores y reduce los costes de las empresas y muy especialmente las del sector del transporte. Esta rebaja del precio del petróleo incide directamente en el precio de las gasolinas y gasóleos, aunque no en su totalidad.
La imposición sobre las gasolinas tiene dos tipos de impuestos: los que gravan sobre la cantidad y los que gravan sobre el precio. Así una disminución en el precio provoca una reducción de la imposición que está en función del precio (p.e. IVA), pero no la imposición sobre la cantidad (céntimos de euro por litro). Esto hace que la imposición sobre las gasolinas no sea proporcional.
Así, por ejemplo, los impuestos representaban el 45,8% del precio del gasóleo en 2014 (Precio de Venta al Público = 1,303 euros / litro) y, en cambio, el 56,0% en 2016 (PVP = 0,952 euros / litro). Teniendo en cuenta estos factores, la reducción del precio del petróleo entre 2014 y 2016 (-64,2%) incidió en que el precio del gasóleo disminuyera de un 26,9% de y el de la gasolina de un 19,6 %.
Consecuencias negativas
Sin embargo, a corto plazo, esta situación también tiene consecuencias negativas. Al abaratarse el precio de las gasolinas y gasóleos, se encarecen en términos relativos sus sustitutivos. Hay que recordar que en nuestro país prácticamente no se utilizan derivados del petróleo para producir electricidad y que cerca del 70% de los productos petrolíferos se destinan al sector del transporte.
Así esta caída de precio puede desanimar o frenar la utilización de otras fuentes energéticas para la movilidad de personas y mercancías (tren, programas de implantación de movilidad de eléctrica, utilización del gas natural, …).
El preu del petroli: és sostenible aquesta situació de preus baixos?
Por último, señalar el impacto que esta caída de precios ha tenido en el IPC , que ha contribuido a que los últimos meses este indicador se haya situado en valores negativos, con el efecto que ello conlleva sobre los precios que están indexados en base al comportamiento de la inflación.