Pautas para gestionar el marketing de canal o la gestión de canales. Después de las recomendaciones que hicimos en el primer post sobre imagen y mensaje, presentamos el segundo post de la serie de artículos que pretenden dar información básica o algunas pistas para la gestión de marketing para no profesionales o expertos en la materia.
¿Qué son los canales de marketing?
Los canales de marketing son simplemente vías escogidas por la empresa para poner el servicio o producto en el mercado.
Es decir, los diferentes caminos que utilizamos para exponer y hacer llegar o dar a conocer nuestro producto o servicio al cliente.
Así, podemos optar por tener una red de agentes comerciales, desarrollar y publicar una página web o blog, crear perfiles en redes sociales, ofrecer el acceso a nuestros servicios a través de una aplicación, enviar boletines electrónicos (newsletters), facilitar un chat online, entre otras opciones.
Puntos básicos a tener en cuenta para la gestión de canales
En general, destacaríamos:
- Abrid los canales adecuados a las características y hábitos de vuestros clientes. Cómo y por donde se mueven, donde obtienen o buscan información, cómo se sienten cómodos para la interlocución con ellos.
- Cread una red integrada de canales, es decir, conectad los diferentes canales y provocad su interacción. Por ejemplo, añadir enlaces a la web desde los posts que colgáis en las redes (generar tráfico), y al contrario, añadir los iconos de las redes activas en la web, incluir web e iconos redes en las tarjetas u otro material impreso, etc. Al igual que con la imagen y el mensaje, todo debe conformar un conjunto coherente entre sí.
- En tercer lugar, sería clave mantener los canales actualizados diariamente. En muchas ocasiones, el día a día nos lleva a no tener capacidad para mantener los contenidos actualizados; en este caso, la recomendación sería priorizar aquellos que sí tenemos capacidad de mantener, y renunciar al resto. A menudo, es mejor no aparecer que hacerlo con una imagen que pueden proyectar dejadez.
- Adaptad los contenidos según la red, sus características y el usuario final al que nos dirigimos; por lo tanto, de nuevo, si no podemos abrazarlo todo, mejor hacer renuncias.
- Finalmente, aprovechad las herramientas tecnológicas actuales para ganar eficiencia, ser proactivos y conocer vuestro cliente al máximo a través de los diferentes canales de interacción que ponéis a su disposición.
Página web y/o Blog
Aseguraros de crear una página web, blog o una landing que de confianza en cuanto a seguridad, navegación y obligaciones legales. Por ejemplo, haced un sitio segurizando el servidor (https://), y no olvidéis actualizar los avisos legales, política de cookies y política de privacidad según la normativa del nuevo RGPD de mayo de 2018. Añadid los botones de solicitud de consentimientos a los formularios de contacto, así como los textos legales a continuación de los mismos (resúmenes).
Priorizad la estructura según lo que busca el cliente, es decir, los servicios, y la manera de obtener un buen servicio en caso de dudas (cómo contactar). Tened en cuenta que, actualmente, el valor añadido se encuentra en la transparencia y el buen servicio, por encima del producto en sí (cada vez menos diferenciado; dónde hacemos la diferencia es en el servicio).
El blog es una herramienta muy buena de posicionamiento profesional, posicionamiento web y fidelización. Aportar contenido de valor a través de historias de interés en el sector, mostrarse como expertos y demostrar experiencia. Como mencionábamos antes, puede hacer el efecto exactamente contrario cuando no aporta valor, está claramente dirigido a vender o es obsoleto.
Redes
Igual que con el resto de los canales: “Si estamos, estemos bien”, y como en la web, priorizad los mensajes según vuestra línea principal de negocio. Si hemos de renunciar a estar en todos lados –cuando muchas veces ni siquiera hace falta ni tiene sentido–, para productos o servicios de carácter profesional o b2b (de empresa a empresa), seguramente recomendamos más bien Twitter y Linkedin.
En cambio, cuando nuestro cliente es el usuario final particular, sugerimos priorizar Facebook o Instagram. Esto significa adaptar los contenidos según la red, sus características y el usuario final al que nos dirigimos; por lo tanto, de nuevo, si no lo podemos abrazar todo, mejor hacer renuncias.
Para redes como Linkedin, si ya tenemos perfiles personales profesionales con seguidores, podemos aprovecharlos para difundir información de nuestro negocio, sin necesidad de crear una cuenta nueva de empresa.
Se ha dicho que el contenido que se pueda compartir a través de los perfiles personales aporta más confianza que el de la cuenta oficial de la empresa. Es tanto o más “creíble” que sean los trabajadores, proveedores, colaboradores o clientes quienes hablen de nosotros, mencionándonos. Ellos son nuestros mejores prescriptores/comerciales. Evidentemente, cada uno es “dueño” de su perfil, pero podemos encontrar formas de involucrarlos y hacerlos participar.
Siempre que podamos mencionar a terceras personas/empresas/partners, tendremos más probabilidades de viralizar lo que compartimos.
Puedes encontrar más herramientas y recursos para la gestión de las redes en estos artículos: