Cuando Víctor Sánchez tenía solo 16 años ya quería montar una tienda de ropa. Esta actitud emprendedora es lo que le llevó a fijarse, mientras trabajaba como barman, en que las cañitas son el único elemento de los cócteles que no es comestible. Hay un principio básico que dice que “todo lo que contiene una copa debe tener sentido, ya sea aromático o comestible”, y Víctor decidió hacer algo al respecto: crear Sorbos.
Sorbos es una start-up dedicada a comercializar la primera caña comestible del mundo. Actualmente exportan su producto a los principales países europeos y, además, están cerrando acuerdos a escala mundial. No obstante, no ha sido un camino sencillo. Antes de poder comercializar el producto tuvieron que pedir ayuda a la Universidad de Barcelona para la formulación de la cañita, y después estuvieron investigando en Italia durante un año y medio para conseguir la maquinaria ideal para fabricar el producto de forma industrial.
La cañita sostenible de Sorbos tiene éxito en países como Reino Unido, Portugal o Holanda, entre otros
De hecho, Sorbos, que es socio de PIMEC Joves, reconoce que formar parte de una asociación empresarial es importante porque “cuando empiezas algo nuevo tienes muchas dudas en muchos sentidos”. En el caso de Víctor, en particular, necesitó de un apoyo externo porque, al crear un producto nuevo, había problemas en relación con la patente, las ventas y las condiciones sanitarias.
“Nuestra misión como empresa es difundir el mensaje de que la existencia del mundo no es infinita y que, entre todos, debemos cuidar de él”, explica Víctor. En Sorbos están muy concienciados de cuidar del medioambiente, pero también alertan de que el nivel de concienciación en España es menor que en otros países. Por eso la cañita sostenible de Sorbos tiene éxito en países como Reino Unido, Portugal o Holanda, entre otros.
La fórmula de la cañita está en constante proceso de mejora
Pero si hay algo por lo que destaca esta cañita, a parte de la responsabilidad con el medioambiente, es que se puede personalizar. Se puede escoger el color, el tamaño, el aroma e, incluso, ¡se puede serigrafiar! Es tal el éxito que incluso la influencer catalana Dulceida ha colaborado con ellos. “Surgió de forma espontánea… Me di cuenta de la repercusión una noche, cuando mi móvil empezó a sonar. No paraban de llegarme correos electrónicos de gente que nos pedía las cañitas”, comenta el propietario de Sorbos.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y gurú de la actual revolución tecnológica y digital, recuerda a todo el mundo que siempre “sigue siendo el primer día” como eslogan para dejar claro que para evolucionar como empresa hace falta poner las mismas ganas y la misma energía que el primer día; estar en constante innovación y no conformarse, aunque las cosas vayan bien. El futuro de Sorbos va por el mismo camino. “Tenemos que ser más ágiles para cambiar y adaptarnos a los eventos que puedan surgir”, asegura Víctor Sánchez. Además, la fórmula de la cañita está en constante proceso de mejora para, por ejemplo, disminuir la cantidad de azúcar.
En resumen, Víctor cree que la clave para un buen negocio, al final, recae en si tienes o no un buen producto; y Sorbos es un producto divertido y que gusta a la gente.